El faltante de cereal pegará de lleno en los corrales el año próximo, en un contexto en el que el negocio ya se encuentra afectado por la sequía y la caída del precio de la hacienda.
El impacto del clima también se hace sentir en la actividad ganadera, a partir del retraso en la siembra de maíz. En este contexto, los feedlots no paran de sumar malas noticias.
Con una rentabilidad erosionada, a partir del aumento del costo de los insumos y un valor de la hacienda de consumo que no repunta, en el horizonte aparecen nubarrones en forma de faltantes del cereal.
“Definitivamente va a ser un fuerte condicionante para el engorde a grano durante el primer semestre del año”, advirtieron desde el Mercado Rosario Ganadero (Rosgan)
En paralelo, corre peligro la productividad del rodeo vacuno, a partir de las condiciones en las que se están dando los servicios. “Es muy probable esperar una caída en las preñeces logradas y, por ende, en la disponibilidad de terneros para el próximo ciclo”, remarcaron.
Ante este escenario, los productores estarán obligados a incrementar la eficiencia a campo, a fin de evitar más caídas en el volumen de producción total de carne.
Según explicaron los especialistas del mercado rosarino, el foco volverá a centrarse en la necesidad de reforzar las invernadas pastoriles, en la medida que los campos logren salir de este esquema de seca.
De acuerdo a modelos climáticos de largo plazo, comienza a reforzarse la probabilidad de transitar un verano más neutral en cuanto a precipitaciones, para dar paso finalmente a un ciclo 2023/24 climáticamente más benigno. De concretarse estos pronósticos, podría llegar un cambio de ciclo ganadero
LAS ÚLTIMAS LLUVIAS NO ALCANZAN
Pero más allá de la intención de los invernadores, las últimas lluvias recibidas son insuficientes para abordar un proceso de recría.
“Por el contrario, grandes zonas invernadoras siguen con serios problemas para retener la hacienda y muy probablemente, de no lograr una recuperación pronta, en los próximos meses podría comenzar a verse una salida temprana de terneros livianos”, puntualizaron.
Por su parte, los feedlots, permanecen demasiado llenos para los números que ofrece el engorde en estos días. La baja de la invernada no termina de compensar el incremento de costo que genera la suba del maíz.
Como agravante, alertaron que la caída en las siembras de maíces tempranos restringirá fuertemente la disponibilidad del grano durante la primera mitad del año.
EL PRECIO DE LOS TERNEROS NO REPUNTA
La invernada empezó a exhibir una tendencia atípica en los dos últimos meses. Por una cuestión estacional propia de la actividad, en esta parte del año debería comenzar a afirmarse su valor, pero su cotización sigue cayendo.
Uno de los principales motivos es que el vaciamiento de corrales que suele ocurrir entre julio y agosto -luego de tres o cuatro meses de fuerte salida de terneros- no se ha percibido este año