Técnicos afirman que los cultivos estivales suelen depender muchísimo del agua acumulada después de los 90 centímetros: como es posible que esa oferta hídrica no esté, será esencial aprovechar cada lluvia de manera "instantánea".
Las recargas de lluvias del fin de semana cambiaron los ánimos para los productores agrícolas, justamente cuando se está cerrando la ventana óptima de siembra de la soja de primera.
De esta forma, los agricultores que se arriesguen a la siembra de la oleaginosa lo harán de manera tardía y sabiendo las consecuentes pérdidas de rendimiento del cultivo.
Lo mismo para aquellos maiceros que definieron implantar el cereal con cierto retraso, respecto al momento óptimo en la fecha temprana. Configurado este panorama, entonces, gran parte de la superficie de cultivos de verano se comportará como superficie “tardía o de segunda”.
El investigador, y actualmente coordinador de Digitalización Agro de IICA, Federico Bert, se preguntó: ¿Es posible esta campaña asegurar los 3.000 kilos de soja? Hizo algunas consideraciones, en un posteo que dejó en el sitio de consultas e información técnica, “Agroconsultas”.
ANÁLISIS DE DATOS
“Las raíces de cultivos llegan hasta los 2 metros de profundidad y el suelo almacena de 200 a 280 milímetros. De esta forma, al menos, se necesitan 250 milímetros para lanzarse a la siembra“.
A lo que agregó que, “asumiendo que un cultivo de soja tiene una eficiencia de uso agua de ocho kilos por milímetro, necesitamos al menos 400 milímetros de agua (más lluvias) para conseguir 3.000 kilos”.
MANEJO
De esta forma, la investigadora del Conicet y la Facultad de Agronomía (UBA), María Elena Otegui, respondió a lo que se preguntó Bert.
“Entiendo que, tanto la soja como el maíz, se comportarán como si fueran cultivos de segunda durante esta campaña en la zona núcleo, independientemente de la fecha de siembra. Funcionarán con las lluvias de la estación, porque no hay agua debajo del perfil Bt (entre 40 a 90 centímetros de profundidad) y porque difícilmente se recargue el segundo metro durante el ciclo”, explicó.
Y agregó que, contrariamente a lo que se suponía, “los cultivos de verano son altamente dependientes del agua en ese segundo metro de profundidad (90 a 150 centímetros de profundidad)”, sostuvo.
De esta forma, concluyó que, “será difícil recargar el segundo metro del perfil cuando estén creciendo los cultivos, si se inicia la siembra de manera generalizada. Más difícil aún será la recarga cuando existen horizontes texturales (Bt) en el medio, como buena parte de la Región Pampeana húmeda. También será poco probable pensar en excedentes, si se cumple el pronóstico de La Niña hasta febrero”.
Así advirtió que los cultivos crecerán con las lluvias de la estación porque no hay agua debajo del Bt y porque difícilmente se recargue el segundo metro durante el ciclo.