En un año marcado por el colapso del mercado de aceite de girasol, por el conflicto bélico en el Mar Negro, la cadena de valor del cultivo coincidió en que es el momento para despegar.
La cuarta Conferencia Internacional de Semillas y Aceites de Girasol, que se lleva a cabo esta semana en la ciudad de Buenos Aires, representa una inmejorable oportunidad para analizar la actualidad y las perspectivas de este cultivo.
A diferencia de los principales cultivos del complejo granario, esta oleaginosa resistió mejor los embates del clima y tanto las proyecciones públicas como privadas indican una cosecha que se ubicará sobre las 3,9 millones de toneladas.
Una de las postales del congreso fue la fuerte presencia de representantes de la India. Ese país representa el gran mercado de aceite de girasol para Argentina y uno de los ejes centrales que cruzó el evento fue el desplome del suministro por parte de Ucrania y Rusia, que representan el 80% del comercio mundial de este producto.
“La guerra colapsó un mercado que se caracteriza por sus variables geopolíticas”, explicó a Infocampo Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara), uno de los organizadores del encuentro junto a International Sunflower Association y la Asociación Argentina de Girasol (Asagir).
“El mundo ve la guerra en Ucrania y todo eso afecta el consumo en precios en oferta y ese fue uno de los temas centrales”, sostuvo el directivo. En este sentido, visualizó que a partir de este escenario, Argentina cuenta con amplias chances de consolidarse como uno de los principales abastecedores a nivel global.
Las actuales estimaciones de cosecha girasolera son el sostén para visualizar un buen nivel de trabajo para la industria. El titular de Ciara calculó que este ciclo se prevé una molienda de 3,8 millones de toneladas, un 20% más en relación al año pasado. Con respecto al volumen de exportación, en 2022 se despacharon 680.000 y para 2023 esperan superar el millón de toneladas.
“La industria semillera tiene que acompañar el desafío y también hay que desarrollar insumos, podemos recrear una cadena de valor que daría un gran significado económico, social y ambiental”, señaló Idígoras.
LISTOS PARA EL DESPEGUE
Uno de los expositores de la jornada fue Alejandro Gallego, de la firma Viterra e integrante de Asagir. En su exposición, buscó transmitir certezas a los empresarios de la India presentes en el encuentro: “Somos seguros y estamos listos para producir”, afirmó.
Una de las principales cartas para sostener la demanda, además de un incremento en la producción, radica en la capacidad de crushing del complejo, que asciende a 6 millones de toneladas. Con una molienda que en la actualidad se ubica en torno a las 4 millones de toneladas, esta industria se encuentra aun lejos de su techo.
El directivo presentó las proyecciones para las dos próximas campañas girasoleras .De acuerdo a la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) en la campaña 2022/23 la superficie destinada al cultivo creció un 17,6%, al pasar de 1,7 millones de hectáreas a 2 millones, con una cosecha que cerrará sobre las 3,9 millones de toneladas.
Para la campaña 2023/24, Gallego pronosticó que la producción será de 4,3 millones de toneladas y en el siguiente ciclo, pasará a 4,7 millones. Son buenas cifras para la cadena de valor, para un cultivo que llegó al récord productivo de 7 millones de toneladas a finales de la década del ´90.