En el Campo Escuela de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional cordobesa analizaron las diferencias de rendimiento entre este tipo de semillas y los híbridos comerciales. Los resultados fueron contundentes.


Por Ricardo Maich
Docente de la Facultad de Ciencas Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba (FCA-UNC)

Cada tanto salta a la palestra el tema de sembrar en la siguiente campaña el grano (filial dos) que se obtiene de la cosecha de un híbrido (filial uno) de maíz.


Sin entrar en demasiadas disquisiciones, subyacen en lo “desaconsejable” de esta práctica las mentadas leyes de Mendel y las bases sobre las que se asienta el vigor híbrido en maíz, como si fuese poco a la “pata” genética (dominancia y sobredominancia) se suman los cambios epigenéticos.

Entre los años 2012 y 2014 el Dr. Gustavo Ángel Maddonni respondió una serie de consultas sobre los rendimientos que se obtendrían al cultivar un hijo de híbrido en maíz. En pocas palabras, y en aquel momento, no le puso números al contrapunto entre padre e hijo.

Por otra parte, una variedad de polinización libre sujeta a un proceso de selección masal (se seleccionan solo las espigas con las características buscadas) ciclo tras ciclo de selección pega un salto cuantitativo, aunque rara vez acorta la distancia (20% – 40 %) respecto al rendimiento de los híbridos comerciales.

ENSAYO CORDOBÉS
La siguiente experiencia resulta de un ensayo conducido en el Campo Escuela dependiente de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba (FCA-UNC).

A lo largo de cinco fechas de siembra (18/09/22, 21/10/22, 22/11/22, 20/12/22 y 13/01/23), con una densidad de 55 mil plantas ha-1, sin fertilización alguna y con un acumulado de riegos suplementarios por surcos hasta la madurez fisiológica de 500 mm, se cultivó un híbrido de maíz (DK 72-10), una mezcla de al menos cinco hijos de híbridos de maíz DK (HDH DK) y una variedad de polinización libre (980).

Cada repetición en número de dos estuvo compuesta por cinco parcelas principales (fechas de siembra), mientras que a los tres materiales le correspondieron las subparcelas, constituidas por cuatro surcos de cinco metros de longitud distanciados por 70 centímetros.

Se tomó una muestra de dos metros cuadrados a partir de los surcos centrales a las que se le determinó el rendimiento en grano (kg ha-1) al 0% de humedad. La información fue sujeta al correspondiente análisis estadístico haciendo uso del software Infostat.

LOS RESULTADOS
Diferencias estadísticamente significativas entre medias se observaron para ambas fuentes de variación (fechas de siembra y materiales). El rendimiento más alto se logró con la siembra del 22 de noviembre (11 ton ha-1) y el más bajo (7 ton ha-1) con la siembra la del 13 de enero (Tabla 1).


El rendimiento en grano del híbrido DK 72-10 resultó significativamente superior al puesto de manifiesto por los hijos de híbridos HDH DK y por la variedad de polinización libre 980, no constatándose diferencias estadísticamente significativas entre estos dos últimos materiales (Tabla 2)


Los hijos de híbridos HDH DK rindieron un 22.3% menos que el híbrido DK 72-10, mientras que el rendimiento de la variedad de polinización libre 980 se ubicó un 6.3 % por debajo del HDH DK.

Más allá de que en la conformación de los hijos de híbridos HDH DK participaron no menos de cinco híbridos DK (mayor base genética), la merma en el rendimiento en grano respecto al híbrido comercial estuvo en línea con lo que se menciona en la web.