En una jornada organizada por el IPCVA en Tres Arroyos, la conclusión fue que para lograr una mayor rentabilidad en un sistema de producción mixto, es indispensable la incorporación de tecnología e innovación constante.


Por Florencia Lucero Heguy

En la zona de Tres Arroyos, en el sur de Buenos Aires, el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) llevó a cabo una nueva jornada técnica, titulada en esta oportunidad “Ganadería en campos agrícolas“.
Allí, se presentó el caso del establecimiento “La Paz”, de la mano del asesor del mismo, el ingeniero agrónomo Pablo Errazu, y del director del CeRBAS INTA, el médico veterinario Horacio Berger.

La Paz posee 360 hectáreas y siempre fue un campo agrícola hace que, hace seis años, comenzó a innovar en la producción mixta. El objetivo de incorporar ganadería comenzó con un pequeño proyecto que luego fue creciendo e incorporando rotación de cultivos y pasturas perennes.

En este campo se puede ver cómo trabaja el productor en lo que respecta a la incorporación de innovación y la planificación del modelo productivo, en una proyección sistémica que hace a la sostenibilidad del planteo productivo agrícola- ganadero.

GRANOS Y CARNE
Actualmente, cuentan con 350 vientres, 120 terneras en recría y 7 toros. La superficie destinada a la ganadería es de 255 hectáreas que se distribuyen en 120 para pasturas, 40 de campo natural y 105 de de verdeo.

Se realiza cría y recría, una parte a pasto y otra a grano de la misma producción. Los índices de preñez están alrededor del 95% y los de destete sobre vientres preñados al 96%. “Eso se demuestra en la dedicación y el esfuerzo que hacemos lo que se transfiere en la eficiencia de preñez y destete”, sostuvo Errazu.

En cuanto a la agricultura hacen principalmente trigo, cebada, algo de girasol que es lo que más se está adaptando para los verdeos de invierno, y maíz de segunda para silo para ganadería y grano para engorde.
En lo que respecta a la producción forrajera se hacen pasturas perennes con mezclas de gramíneas y leguminosas.

“Se hace alfalfa como leguminosa principal y festuca tanto continentales como mediterráneas y, en menor densidad trébol blanco, algo de lotus y cebadilla. Por otro lado, se realiza avena y vicia al voleo para salir con el verdeo implantado post cosecha o picado”, explicó Errazu.

“Actualmente, se producen cerca de 500 kilos de carne por hectárea lo que se asemeja mucho a los rindes si sólo se hiciera agricultura”, contó Errazu y opinó: “Donde se pueda hacer, hay que unificar los dos sistemas de producción”.

LOS BENEFICIOS DE LA PRODUCCIÓN MIXTA
Teniendo en cuenta la importancia de incorporar la ganadería en un suelo agrícola, Berger sostuvo: “Es un desafío que muchos productores están tomando para darle estabilidad económica y financiera; y pensando en cómo lograr una mayor sostenibilidad de esos planteos productivos, ya sea en tanto al uso de insumos como también al ciclo analítico; en cómo uno logra fijar carbono o nitrógeno con el uso de leguminosas tendiendo a un sistema de producción más viable al largo plazo”.

Por otro lado, Berger explicó que “el planteo de la rentabilidad es una condición porque la viabilidad del negocio agropecuario se apoya en la rentabilidad que tiene que ser sostenible en el tiempo y que pueda aportar estabilidad. sobre todo en momentos de vaivenes climáticos, la ganadería es un sostén de la agricultura”.