El escenario político presenta un diagnóstico sumamente complejo y la incertidumbre generada en las últimas horas en torno al rumbo de la economía
Esta semana, el profesor del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, Dante Romano, analizó los últimos movimientos dentro del Ministerio de Economía de la Nación y evaluó cómo podría impactar en el mercado nacional de granos.
"La desprolijidad de la salida del gobierno del ahora ex ministro de Economía, Martín Guzmán, y la inestabilidad política que generan los roces dentro de distintas facciones del Gobierno, llevará a una mayor retención del productor", indicó Romano. De hecho, estamos frente a una de las campañas donde menos soja a precio se ha vendido: "Esto podría forzar a la industria a pagar premios para forzar negocios", indicó. Cabe señalar que el complejo sojero es el mayor aportante de divisas de la Argentina, por lo que esta situación pone un factor adicional de presión.
La ministra entrante, Silvina Batakis, ya tuvo diálogo con el agro mientras estuvo al frente del Ministerio de Economía de la Provincia de Buenos Aires, en el período 2011-2015. "En muchas ocasiones abogó por aumento en derechos de exportación, y en un escenario de expansión de gasto público, con las dificultades para financiarlo, esta cuestión podría resurgir. Esto coincide con una marcada caída de los granos en el mercado internacional, ocurre en el peor momento y, además, frena ventas también de negocios a futuro", repasó Romano.
Bajo este marco, la recomendación es estar muy atentos y, por ahora, no hacer nada drástico. La compra de put -aún cuando queden precios muy bajos- puede ser una alternativa. "La volatilidad de los granos no es novedad, pero mientras antes era a la suba, ahora alternamos bajas pronunciadas con rebotes. En este contexto es clave no demorar decisiones. Los fundamentos de los granos no cambiaron tanto, pero el climático de EEUU por lo pronto es bajista y el marco financiero lleva a los fondos a salir de sus posiciones", comenta el analista de la Universidad Austral.
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En un contexto de creciente incertidumbre cambiaria y ante la falta de alternativas accesibles de protección, en los últimos años también el productor ganadero ha estado recurriendo a la hacienda como “resguardo de valor” frente a la constante devaluación de la moneda y el riesgo siempre latente de correcciones abruptas en el tipo de cambio.
El exceso de cepos y controles para la compra de dólares oficiales, hace que la depreciación real de la moneda se venga conteniendo, no así el valor libre que reflejan las diferentes cotizaciones de dólares alternativos, no regulados por el Banco Central.
"Si tomamos solo como referencia la cotización del dólar oficial y la cotización del dólar libre (Blue) -aun siendo este un mercado informal y de limitado volumen-, vemos cómo la brecha entre ambas cotizaciones se ha ampliado de manera más pronunciada en los últimos tres años, más precisamente a partir del segundo semestre de 2019 hasta alcanzar actualmente el punto de mayor amplitud de la serie, considerada desde enero 2011 a la fecha", comentan desde Rosgan.
En efecto, fue a partir de finales del 2019 cuando el precio de la hacienda, especialmente la invernada, comenzó a revalorizarse, al ser demandada como un activo de refugio. Se trata de un bien de libre acceso, lo suficientemente líquido como para asegurar una rápida monetización en caso de requerirlo y que, a su vez, permite proyectar una renta en un mercado sobre el cual el productor tiene lógicamente mayor conocimiento y control del negocio.
Bajo este marco, María Julia Aiassa explica que rápidamente esta demanda como ‘bien de cobertura’ se trasladó también a la cría, donde primeramente se vio una muy fuerte revalorización de los vientres, que luego terminó derramando hacia el resto de las categorías, llegando incluso al mercado de reproductores.
Variación interanual del precio del dólar contras distintas categorías de hacienda, medido a junio de cada año, en base a datos de Rosgan (ternero), MAG (novillito) y Entre surcos y corrales (vaquillona preñada).
"Al comparar las variaciones interanuales a junio de cada año, para los distintos segmentos de mercado -cría, invernada y gordo- vemos que, en los últimos tres ciclos, tanto el ternero de invernada como la vaquillona preñada -tomada en este caso como referencia de precio para la cría-, han tenido una trayectoria a la suba que terminó superando la apreciación del dólar oficial", señala.
En el caso del novillito gordo, su performance no fue superadora durante el primero de los ciclos analizados puesto que su límite de suba esta más directamente condicionado por la elasticidad de compra del consumidor local. Sin embargo, a partir del segundo período con corte a junio de 2021, la suba en este segmento terminó plasmándose por la misma presión que comenzó a ejercer el valor de la invernada sobre los márgenes de la cadena.
En los últimos doce meses medidos a junio de este año, el dólar oficial se apreció en un 31% interanual. En el mismo período, la vaquillona preñada exhibió una suba del 79% mientras que, tanto el ternero como el gordo, registraron subas del 60% y 62% interanual, respectivamente, superando incluso el incremento general de precios mayoristas (IPIM) que, a junio de este año, estaría acumulando una variación del 58% interanual. Sin embargo, si se ajusta el análisis a estos primeros seis meses del año, esta claro que el valor de la hacienda viene moderando las subas e incluso en algunas categorías comienza a perder algo de valor en términos reales. Tal es el caso del gordo que en los últimos dos meses registra una pérdida real cercana al 8% o del ternero que, presionado a su vez por el pico de oferta que genero la zafra, cayó más de un 12% desde abril a la fecha, medido también en pesos constantes ajustados por IPIM.
De todos modos, parte de esta dinámica de precios es explicada por la estacionalidad. En los próximos meses la oferta de invernada liviana empezará a escasear, lo cual pondrá nuevamente mayor presión sobre los valores de reposición que terminarán luego expresándose en subas del gordo hacia fin de año.
"Los valores para la cría siguen siendo buenos, el valor del ternero a pesar de esta baja temporal sigue estado dentro de sus niveles más elevados en términos históricos y la vaca de descarte ofrece valores que permiten mantener adecuados niveles de reposición", destacan desde Rosgan.
"La rueda productiva continúa girando favorablemente para la ganadería, especialmente si nos centramos en la solidez que proyecta la demanda internacional y los muy buenos valores que esta convalidando. Bajo este marco, con fundamentos propios muy sólidos, es donde la ganadería se posiciona con mayor aplomo para transitar fases de elevada inestabilidad macroeconómica", concluye Aiassa y explica que, localmente, el escenario político presenta un diagnóstico sumamente complejo y la incertidumbre generada en las últimas horas en torno al rumbo de la economía, vuelve a poner en valor a la hacienda como activo de resguardo, generando así un factor de sostén adicional de precios, de cara a los próximos meses.