En julio, las precipitaciones en esa zona llegaron a 29 milímetros, un 5% por encima del promedio de las últimas cinco campañas
La actual campaña de granos finos se encuentra condicionada por el clima y tanto las proyecciones públicas como privadas proyectaron una caída en la producción, en comparación a la cosecha récord del ciclo anterior, que finalizó en 22,1 millones de toneladas.
Las últimas lluvias trajeron alivio al trigo y cebada del sudoeste bonaerense y La Pampa de acuerdo a un relevamiento efectuado por la Bolsa de Cereales y Productos de Bahía Blanca. “La mejora de la disponibilidad hídrica en los horizontes superficiales permitiría el correcto desarrollo vegetativo de los cereales implantados”, señalaron. Por el lado del maíz, advirtieron que la cosecha se encuentra casi detenida.
Una de las regiones más beneficiadas serán los los departamentos del norte de La Pampa, donde de acuerdo a la entidad, los cultivos se encontraban en peor condición debido a la sequía.
De acuerdo a la Red de Estaciones Meteorológicas (REM) de la bolsa, se contabilizaron un promedio de 29 milímetros durante julio, un 5% superior respecto a la media. El acumulado anual llegó a 388 milímetros, sin variaciones respecto al acumulado promedio de los últimos seis años. “Estos milimetrajes mejoran la condición de los cereales implantados“, sostuvieron.
EL ESTADO DE LOS CULTIVOS
En el área de influencia de la bolsa bahiense, el 3% del trigo se encuentra en emergencia, el 82% transita la etapa vegetativa y el 15% restante comienza el macollaje. En cebada, el 85% de los lotes transita el período vegetativo y el 15% está en macollaje.
En cuanto al pronóstico de precipitaciones, la entidad calculó que hasta mediados de agosto se esperan 10 milímetros en el norte pampeano, mientras que en Buenos Aires serán menores.
“Teniendo en cuenta las precipitaciones ocurridas durante la última semana de julio, el estado hídrico en lotes destinados a cereales invernales mejoraría notablemente“, agregaron.