Referentes de entidades como IICA y FAO analizaron, durante el 30° Congreso de Aapresid, el rol de las políticas y del sector productivo, para garantizar la soberanía alimentaria


La pandemia de COVID-19 primero y luego el conflicto bélico en la región del Mar Negro colocaron en el centro de la discusión la agenda agroalimentaria global.

En uno de los paneles del 30° Congreso Aapresid, referentes de entidades como el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y FAO analizaron cuestiones vinculadas a políticas, para poner en marcha esta agenda.
Manuel Otero, presidente del IICA, describió un panorama de amenazas y oportunidades, en un escenario que articula tres variables: el rol central de los agricultores, la ciencia como insumo fundamental y la agricultura como parte de la soluciones.

“No hay país que pueda salvarse solo, es fundamental que actuemos de manera coordinada, es preciso construir puentes entre producción y medio ambiente, repensar la institucionalidad en sustentabilidad e innovación y por supuesto en temáticas relacionadas a la bioeconomía”, expresó.

“No hay país que pueda salvarse solo, es fundamental que actuemos de manera coordinada”

Y agregó que se deben redefinir agendas y promover inversiones: “La inclusión social se realiza mediante la implementación de buenas prácticas y también con mucho más cooperativismo”.

LA VISIÓN EUROPEA

Victoria Lovenberg, de la Delegación de la Unión Europea (UE) en Argentina, recordó que comparten con Argentina dos compromisos internacionales: el acuerdo de París y la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible.

Lövenberg brindó detalles sobre la “Estrategia de la granja a la mesa”, que surgió en mayo del 2020. La delegada remarcó que se trata de la piedra angular del pacto verde europeo, para generar sistemas sostenibles proteger la seguridad alimentaria y garantizar acceso a dietas sanas.

“Compartimos con Argentina también la elaboración de alimentos sostenibles y saludables para nuestros ciudadanos así como lograr rendimientos económicos justos a lo largo de toda la cadena alimenticia, estamos comprometidos a un desarrollo sostenible no solo en el presente sino también en el futuro”, destacó.

EL IMPACTO DE LA GUERRA RUSIA-UCRANIA
Diego Guelar, ex embajador argentino en China, repasó las políticas internacionales vinculadas a la agenda agroalimentaria global. En primer término, consideró que el impacto del COVID y la guerra entre Rusia y Ucrania hizo que los países cerraran sus fronteras y no apostaran al cooperativismo.


La disputa en la zona del Mar Negro tuvo, de acuerdo a Guelar, un impacto mundial directo en abastecimientos y precios, tanto de productos energéticos como alimenticios. “Hoy Argentina y Brasil son claramente una opción para abastecer en cuanto a productos y precios al mundo, debido a la escasez que generó este conflicto”, puntualizó.


Carlos Cherniak, representante de Argentina ante la FAO, explicó cómo el organismo internacional aborda cuestiones centrales para la producción de alimentos, como la conservación de suelos, protección de la biodiversidad y uso responsable de fitosanitarios. “Argentina es escuchada a la hora de promover prácticas de desarrollo sostenible”, aseguró.