En julio, los tambos ordeñaron 989,4 millones de litros, una baja del 1% en relación al mismo mes del año pasado. Fue la segunda caída consecutiva. La sequía y los altos costos impactan en el sector.
Los datos de producción de leche que mensualmente publica la Dirección Nacional de Lechería, confirmaron en julio que el sector ingresó en un bajón tras casi dos años de crecimiento.
El ordeñe fue de 989,4 millones de litros el mes pasado, lo que significa una caída interanual del 1%, la segunda baja consecutiva tras la que había ocurrido en junio.
“Evidentemente, los efectos de la importante sequía que afecta la mayoría de las cuencas lecheras (anegamientos en una en particular) y la incidencia de altos costos de producción (concentrados, entre otros insumos vinculados a la alimentación del rodeo) afectaron la producción en julio de 2022”, indicó el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA).
De esta manera, la producción acumulada entre enero y julio muestra una expansión del 0,7%, que es similar al 0,6% de crecimiento estimado para todo 2022, en un relevamiento realizado por el OCLA a principios de año, consultando a usinas industriales.
DOMINA LA INCERTIDUMBRE
Según el OCLA, “se evidencia desde mayo una desaceleración en el crecimiento interanual de la producción” y, en el actual contexto, “los próximos cinco meses se presentan con un panorama incierto”.
Esta incertidumbre domina, agregó el OCLA, los aspectos meteorológicos, de los costos de producción y de los precios tanto del mercado interno como del externo (precios cuidados, menor consumo, precios internacionales a la baja, retraso cambiario y derechos de exportación), “lo cual hace difícil aventurar un posible comportamiento de la producción” hasta fin de año.
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