En un año, las cotizaciones de las cabañas mejoraron 124%, de acuerdo a un relevamiento del Rosgan. Para comprar un reproductor, se necesitan 2.300 kilos de invernada, cuando históricamente fueron entre 1.300 y 1.800 kilos.


En la recta final del año, mientras el negocio ganadero volcado al consumo interno se encuentra en una meseta de precios y los exportadores están preocupados por el desplome del mercado chino, los cabañeros muestran números por demás favorables.

De acuerdo al Mercado Rosario Ganadero (Rosgan), el precio promedio de los toros entre enero y septiembre se ubicó sobre los $875.000, que en relación al mismo período del año pasado representó una mejora de 124%. En paralelo, la inflación acumulada sería de 83%.
En 2021 el promedio, que abarca diferentes razas y categorías que van desde puros de pedigree, hasta controlados y generales, era de $390.000 por ejemplar. En igual período, el precio de la invernada pasó de un promedio de $240,60 en 2021 a $371,80 este año, registrando una variación del 55% interanual, menos de la mitad del incremento de valores que exhiben los toros.

LOS REPRODUCTORES, CON VIENTO A FAVOR

Este año confluyen dos factores que cambiaron la cara del negocio ganadero. Por un lado, la revalorización de la genética que, medido en pesos constantes, está más que duplicando los valores pagados un año atrás.

Según relevo Infocampo a partir de consultas con consignatarios de hacienda que operan en NOA y NEA, en un año los valores de los reproductores superaron el 100%. Además de la mejora en la genética y la intención de los productores de mejorar sus rodeos, los ganaderos recurren a la compra en cabañas como refugio de valor.
A estos factores, el Rosgan agregó que también se percibe una caída en los valores del ternero, que a su vez, encarecen la relación de compra para el criador. Esta situación es más evidente cuando se recurre a un cálculo muy utilizado por los ganaderos: cuantos kilos de terneros se necesitan para comprar un reproductor.

Históricamente, los valores oscilaron entre 1.300 y 1.800 kilos de invernada, pero el avance imparable de las cotizaciones en los remates cabañeros y cierto freno que se percibe en el valor de los bovinos livianos cambiaron esa ecuación. Ahora, la cuenta indica que esta relación supera los los 2.300 kilos de invernada.