Cada argentino se alimenta, en promedio, con unos 300 huevos por año. El mayor consumidor del planeta es México. Cuáles son los beneficios que tiene para la salud.
Desde el pasado lunes 10 y hasta el próximo viernes 14, se está celebrando la Semana Mundial del Huevo.
Y un aspecto relevante, en el caso de Argentina, es que está dentro de los cinco mayores consumidores a nivel global, con un promedio de 300 unidades, por año, per cápita.
Argentina está en el quinto puesto, en un ranking liderado por México, y que se completa en los primeros lugares con Japón, Rusia y Colombia.
Según Javier Prida, presidente de la Cámara Argentina de Productores Avícolas (CAPIA), “los argentinos han aprendido a jerarquizar su dieta, a tal punto que el consumo de huevos en el país se mantiene con una curva ascendente año tras año”.
Entre otros beneficios para la salud, un huevo grande proporciona 13 vitaminas y minerales esenciales y 6 gramos de proteína de alta calidad, señalaron desde CAPIA.
PRODUCCIÓN Y CONSUMO
Prida estimó que, las más de 1.000 granjas avícolas que hay en Argentina y que poseen un parque productivo de unas 48 millones de gallinas ponedoras, producirán este año unas 14 millones de unidades de huevos.
Se trata de una economía bien federal: hay establecimientos en 18 provincias, aunque la mayor parte de la producción se concentra en Buenos Aires (41% del total) y Entre Ríos (25%). Luego siguen Córdoba (8%), Mendoza (6%) y Salta (5%).
En cuanto a los beneficios para la salud, CAPIA amplió que son tres aspectos positivos los que aportan los huevos a las personas:
Alto aporte nutricional. A diferencia de otros alimentos como el trigo y arroz, la calidad proteica de los huevos supera el 100%. Las proteínas del huevo contienen los nueve aminoácidos esenciales para el organismo. Estos son importantes para la salud porque no solamente ayuda a la formación de masa muscular del cuerpo, también, forman parte de la sangre, las hormonas y anticuerpos.
Bajo impacto y costo accesible. En comparación con otras proteínas de origen animal, el huevo es uno de los alimentos con mejor relación costo/beneficio, además de que es bajo en calorías (75 calorías por unidad), es accesible todo el año (es decir, que no tiene problemas de estacionalidad) y es muy fácil de preparar.
Complemento ideal para el rendimiento deportivo. La ingesta diaria de dos huevos permite cubrir más del 15% de las IR de vitamina A, E, B2, niacina, hierro, zinc y selenio, y más del 30% de las IR de vitamina B12, ácido pantoténico, biotina, colina y fósforo de adultos entre 20 y 49 años.
CÓMO ELEGIRLOS
Por otro lado, Prida explicó algunas pautas para saber si un huevo es apto para su consumo.
“Al ojo humano podemos comprobar su aspecto externo, que no esté roto o fisurado, que no esté sucio. Luego podemos moverlo como un sonajero, sí sentimos que la yema va y viene, el huevo es viejo, de lo contrario es fresco”, sintetizó.
Otra forma de verificar su estado es la “prueba de agua”: se colocan los huevos en un bol con agua y los que flotan más de la mitad no están aptos para consumir.
El “tip” final de Prida es que “un huevo que tenga sangre adentro es porque no proviene de gallinas ponedoras para consumo, sino que provienen de reproductoras (lo que está prohibida su venta); los aprobados para el consumo generalmente no tienen sangre, pero, si así fuera, y tienen apenitas un punto sanguinolento, se puede consumir normalmente”.
SANIDAD E IMPACTO AMBIENTAL
Por su parte, Juan Esteban Calvo, Director de la Unidad de Avicultura de MSD Salud Animal Región Sur, aportó que “es fundamental que, dentro del eslabón, las gallinas ponedoras estén vacunadas para mantener las aves sanas y evitar trasladar riesgo a la salud del consumidor”.
“Sin la correcta vacunación las aves se exponen a enfermedades como la Laringotraqueitis, la Bronquitis infecciosa y la Salmonella, entre otros patógenos. Como la salud animal y humana están interconectadas, algunas de estas enfermedades, como es el caso de la Salmonella, pueden presentar un peligro para la salud de las personas y también producir grandes pérdidas económicas en la cadena de producción”, expresó.
Por otro lado, la producción de huevos también se distingue por su menor impacto ambiental: tienen una huella de carbono más baja en comparación con otras proteínas de origen animal y comparable con algunas de origen vegetal.
Asimismo, las granjas ponedoras consumen menos agua: un huevo tiene una huella hídrico de 29 litros por gramo de proteína, contra un ejemplo de 139 litros por gramo en las nueces.