Es por la caída de 5,5 millones de toneladas en el saldo exportable de trigo. Para el Gobierno representa U$S 180 millones en retenciones, en un momento del año en que el cereal es la principal fuente de recursos.
La sequía pegó de lleno en la producción granaria de la campaña 2022/23 y sus consecuencias se extenderán al ingreso de divisas del complejo agroexportador.
De acuerdo a una estimación de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), la caída proyectada en trigo recortará el saldo exportable del cereal en 5,5 millones de toneladas y tendrá un perjuicio económico de U$S 1.500 millones, un 35% menos en la comparativa interanual.
Para las arcas fiscales representa una merma en retenciones por el equivalente a pesos de U$S 180 millones.
Con el actual mapa productivo clavado en 15 millones de toneladas, la previsión de exportaciones del nuevo ciclo quedará en 9 millones, contra las 15,5 millones que se exportaron del trigo 2021/22, un récord para esa cadena de valor.
La producción de 15 millones de toneladas, de acuerdo a la BCR, es la más baja en siete años. Para remontarse a un nivel similar, hay que retroceder hasta la campaña 2015/16, donde la producción se vio afectada por una fuerte sequía y una cosecha de 11,4 millones de toneladas.
COMO SE COMPORTAN LOS PRECIOS
En la recta final de la campaña, hubo muy pocas ofertas de cereal disponible en los últimos días, con cotizaciones que rondaron los U$S 340 por tonelada. “La comercialización de trigo disponible está completa al 97%, lo que deja un escaso margen de oferta en la plaza doméstica”, señalaron desde la bolsa rosarina.
Por el lado de la demanda interna, calcularon que la molinería necesita -de cara al último trimestre del año – unas 1,5 millones de toneladas adicionales.
En Chicago, los vaivenes del conflicto bélico en la región del Mar Negro y la incertidumbre por los stocks globales siguen imprimiendo una tónica alcista a las cotizaciones. En la semana que termina, las cotizaciones de futuros de trigo estadounidense promediaron los US$ 310 la tonelada.