Un equipo de investigadores desarrolló una herramienta que facilita el acceso a la mecanización agrícola para pequeños productores. Cuáles son sus características.
Luego de dos años de trabajo en prototipos intermedios para su validación, ensayos y hasta el desarrollo de una norma IRAM para tractores de mancera, un equipo de investigadores del INTA –integrado por especialistas del IPAF Región Pampeana, la Experimental Hilario Ascasubi y el Instituto de Ingeniería Rural– está presentando este viernes una unidad motriz pensada para la agricultura familiar.
Se trata de un “microtractor” multipropósito denominado “Chango”, pensado como una asistencia mecánica para productores de explotaciones pequeñas, como huertas.
Diego Ramilo, director del Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar (Cipaf) del INTA, explicó: “El acceso a la mecanización agrícola es fundamental para organizar los procesos productivos y humanizar el trabajo de mujeres y hombres de este sector tan trascendente en la producción de alimentos”.
CARACTERÍSTICAS
En concreto, este “microtractor”es una unidad de potencia multipropósito, diseñada para el trabajo, la producción y la mejora de la vida rural. Es una solución versátil que, por su diseño, admite motorizar una variedad muy grande de implementos agrícolas.
“Lo que desarrollamos no existe en el mercado e INTA posee una solicitud de patente, lo que permite resguardar la propiedad industrial de la tecnología con potencial de ser explotada comercialmente tanto a nivel nacional como regional”, destacó Ramilo.
“Lo que hicimos fue un diseño industrialmente fabricable, estructuralmente resistente y estéticamente atractivo”, subrayó Martín Olavarría, diseñador industrial, experto en maquinaria agrícola y director de la carrera de Diseño Industrial de la Universidad Nacional de Rosario.
En este sentido, Olavarría planteó que más allá de las cualidades de diseño, lo más importante para la materialización del Chango fue haber podido contar con empresas y personas que resolvieran cada uno de los procesos con calidad y mejor nivel industrial.
“No es lo mismo mecanizar con CNC, cortar chapas con láser, curvar tubos con máquinas automáticas o hacer engranajes con creadoras, que trabajar con máquinas rudimentarias. Esta es una diferencia y una premisa que adoptamos y se ven en el Chango los resultados finales”, destacó.
NORMA IRAM
“El chango es un tractor, con todos los atributos de un tractor, pero que sale de la tipología clásica, y sobre todo, está destinado a un usuario diferente”, continuó Olavarría.
Luego de la puesta a punto, solo queda pendiente la etapa de fabricación comercial. En este sentido Marcos Hall -director del Instituto de Investigación para la Agricultura Familiar región Pampeana del INTA- coincidió con Olavarría en la necesidad de replicar esta misma metodología para adaptar y desarrollar las máquinas y herramientas que van a acompañar a esta unidad de potencia multipropósito en la labranza.
En tanto, también se desarrolló la norma 8076-3, en el marco de la Comisión de Tractores del Instituto Argentino de Normalización y Certificación IRAM, que fue publicada en octubre de 2021. Se originó con el propósito de disponer de un documento que defina los requisitos de seguridad para los microtractores de mancera, dada la demanda potencial de este tipo de tecnología identificada en el ámbito nacional y en la región.
“La iniciativa busca asegurar la calidad de los equipos operados por las familias productoras y, a su vez, contribuir al desarrollo y producción de la tecnología a nivel nacional”, explicó Juan Pablo D’Amico, investigador del INTA Hilario Ascasubi -Buenos Aires- y quien participó en el desarrollo.
Lo que hace la Norma IRAM 8076-3 es establecer los requisitos generales de seguridad y su verificación, para el diseño y la fabricación de microtractores de mancera, con ruedas u orugas de un eje que son operados y controlados por una única persona a pie, caminando por detrás.