Un simposio sobre agrodigitalización puso sobre la mesa experiencias y beneficios de las soluciones agtech para la producción actual. La visión de las empresas para reducir las brechas productivas.
La transformación digital que cruza al campo argentino plantea multiplicidad de desafíos e implica un gran cambio de paradigma productivo.
Por eso, el trabajo conjunto, colaborativo, en red, así como el intercambio de experiencias técnicas son importantes fuentes de conocimiento y contagio para que los productores se inclinen hacia este cambio.
De esta forma, en 4 bloques temáticos y con 18 oradores, el simposio “Sembrar Saber” convocó a asesores técnicos especializados en agricultura de precisión y manejo variable de insumos a compartir datos y experiencias.
MENOS BRECHAS PRODUCTIVAS
Para Juan Pablo Monzón, productor, asesor e investigador, se debe ir hacia un modelo de intensificación sustentable y la forma de lograrlo es disminuyendo la brecha de rendimientos por hectárea de cultivo. De achicarse esa brecha, “Argentina puede crecer 26% en maíz, 26% en trigo y 15% en soja”, dijo.
Para reducir brechas, Juan Ignacio Rattalino, de Syngenta, advirtió que hay que afinar las prácticas de manejo actuales.
Un primer paso para avanzar en la reducción de brechas es la ambientación del lote. Esto se trata, según Agustín Pagani, de Clarion, de identificar aquellas zonas dentro de un lote que expresan una combinación homogénea de factores limitantes de rendimiento para las cuales un único nivel de insumos es apropiado.
En este sentido, Luis Mayer, de Nidera, presentó los modelos disponibles para la toma de decisiones de densidad y fertilización que surgen del Recomendador de Nidera. Con esta herramienta es posible determinar la densidad adecuada para cada uno de los materiales para cada ambiente.
IMPLANTACIÓN
La adopción digital también implica ajustar aspectos “reductores” del rinde, como los definió Nicolás Pizzichini, de “Precision Planting”. Estos son cinco factores: la nutrición, la emergencia de las semillas, el sistema dosificador de la sembradora, el espaciamiento entre semillas y la población.
Al respecto, Agustín Bianchini, de Okandú, indicó que, el desafío de los sistemas en siembra directa y de rotación está centrado en la colocación de semillas para optimizar sus condiciones de germinación.
“En 3 años de evaluación, la desuniformidad espacial y temporal en maíz mostró pérdidas de rendimientos relativas de entre 6% y 22%”, presentó el asesor.
Entonces, de acuerdo a Ricardo Ollúa, de Nidera, quienes también vienen evaluando aspectos de calidad de siembra del cereal, para ellos, observaron que la densidad, desuniformidad espacial y temporal promediaron el 1%, 7,7% y 6,6%, respectivamente.
TESTIMONIOS
Los contratistas y productores estuvieron en “Sembrar Saber”. Nicolás Ridley, de MSU; Alfredo Bernardoni, de ManAgro; Luis Verri es asesor del estudio Agronomy Tech y Fabián Belich, contratista de la empresa “Agrícola Testa” fueron parte del encuentro.
Ridley abrió el juego y dijo que MSU “está apagando los estándares de calidad adicionales a los contratistas que usan la tecnología de precisión”. Por su parte, Bernardoni aseguró que, “con el uso de tecnologías no solo lograron ser eficientes en los costos productivos, sino también en la toma de decisiones de riesgos de ambientes productivos”.
En el caso de Verri, este dijo que, “por las características del modelo de negocio agrícola en Argentina, la agricultura variable se vuelve una necesidad para capturar renta”. Asimismo, Belich sostuvo que como contratistas, “la agricultura digital nos facilitó la operatoria y ampliar nuestra capacidad de trabajo en un 50%”.