En 2022, la industria procesó 37,1 millones de toneladas, versus las 42 millones molidas en 2021. La importación de poroto de Paraguay pasó de 10 millones de toneladas a 4 millones en el último año
Los despachos del complejo agroexportador muestran dos escenarios bien diferenciados. Por un lado, un fuerte ingreso de divisas a partir de la mejora en los precios internacionales de los commodities. Pero en paralelo, además de la caída en los volúmenes comercializados, un dato que preocupa a la industria sojera es la reducción en los niveles de molienda.
De acuerdo a un relevamiento de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), en 2022 la industria molió 37,1 millones de toneladas de poroto, un 10% en relación al año previo. La caída productiva argentina, los márgenes de molienda y la menor importación de Paraguay se muestran entre los principales factores que explican este menor desempeño.
El primer punto para explicar este retroceso es la menor cosecha, que pasó de 45 millones de toneladas en el ciclo 2021/21 a 42,2 millones en la campaña pasada. Por otra parte, la ausencia del diferencial de derechos de exportación para la harina y el aceite de soja de marzo a noviembre del 2022 contribuyó a favorecer la mayor exportación relativa de soja como poroto.
Por otra parte, la importación de soja se encontró con una fuerte caída de la producción de soja de Paraguay. De 10 millones de toneladas compradas a ese destino en 2021/22, se pasaron a importaciones cercanas a las 4 millones durante la siguiente campaña.
“La menor disponibilidad de soja de Paraguay fue cubierta parcialmente con importaciones de soja de Uruguay, Bolivia y Brasil, aunque aún así las importaciones totales de soja para su procesamiento y posterior exportación cayeron un 33% y mostraron un mínimo de cinco años”, advirtieron.
PERSPECTIVAS
Si bien las últimas lluvias permitieron recuperar en parte al cultivo de soja, las proyecciones indican que la cosecha se ubicará sobre las 37 millones de toneladas. Esta cifra es la tercera producción más baja de los últimos 15 años, y ya generó un impacto en la comercialización. A este escenario, se suma la falta de mercadería luego de la segunda edición del “dólar soja”.
En los mercados de futuro, la posición Mayo 2023 acumuló una suba de U$S50 por tonelada desde noviembre hasta las últimas semanas. “Sin embargo, las lluvias de las últimas semanas estimularon bajas y dejaron la posición mayo cerca de los U$S 380 por tonelada, dando cuenta de la incertidumbre productiva local”, explicaron.