De acuerdo al Rosgan, la relación ternero/vaca mejoró 3,7 puntos porcentuales con relación al año pasado. En promedio, por cada tres vacas, dos logran destetar un ternero, la mejor proporción en al menos una década y media.
Más allá de la seca que sufrió la producción ganadera, algunos números permiten visualizar un mayor ritmo de recuperación en el rodeo vacuno.
De acuerdo al Mercado Rosario Ganadero (Rosgan), las existencias actuales -en comparación con la serie 2007/2022- son superiores en 1 millón de cabezas.
Si bien la falta de agua dejará una huella en la producción, con bajos índices de preñez y elevada mortandad, no todo está perdido para la cadena de valor ganadera.
El panorama es de contrastes: mientras el stock de vacas se ha recuperado en su totalidad y los terneros crecieron en 800.000 cabezas, según la entidad siguen faltando unas 5 millones de cabezas en categorías intermedias, tanto machos como hembras.
El principal indicador que permite inferir un proceso de recuperación es la relación ternero/vaca. Este índice, según los rosarinos, es la más elevado desde 2008.
“Si bien el clima aquí también juega a favor impulsando una mejora en las tasas de procreo, gran parte de este logro es mérito del productor, que pone en valor la importancia de ajustar los niveles de eficiencia desde los primeros eslabones de la cadena”, afirmaron.
Antes de la liquidación que el rodeo vacuno sufrió en los años 2008 y 2009, está relación era de 56% y llegó en 2009 al piso de 51,8% a nivel nacional. “Este bajo nivel de eficiencia reproductiva es lo que determinó -entre otras causas- que aún hoy tras 15 años no hayamos podido volver a recuperar aquel nivel de existencias previo”, explicaron
En la actualidad este porcentaje es 66,7%, una mejora de 3,6% en relación al año pasado. Esto significa que, al momento de calcular las preñeces que se pueden perder por la seca, se parte de una base superior a la que se registró en estos años.
De este modo, si la pérdida de terneros este año es de gran magnitud, la ganadería viviría un escenario con tasas de destete que se ubicarán -en el peor de los casos- en los promedios de la última década. “La velocidad de recuperación dichas existencias debería ser significativamente mayor a la registrada tras la última gran liquidación”, remarcaron.