Es un historiador e investigador autodidacta, apasionado por la maquinaria agrícola, que también se dedica a venderla. Ha escrito libros en los que muestra la historia de este mercado en Argentina. Las imágenes de algunos de sus "tesoros".


Nacido en tierras santafesinas, en la localidad de Colonia Castelar, José María Barrale (56) es un apasionado de la maquinaria agrícola. Su vida siempre transcurrió en torno al campo y su niñez tuvo a los “fierros” como sus más preciados juguetes.


A lo largo de su trayectoria, siempre vivió ligado a la producción agropecuaria como productor familiar, y actualmente, se desempeña como vendedor de maquinarias agrícolas.

Además, su amor por las cosechadoras lo llevó a escribir el primer libro en la Argentina dedicado a este segmento: “Reinas Mecánicas”.

Sin embargo, eso no es todo. Barrale en su afición de tiempo libre y durante toda su vida se dedicó a coleccionar folletos de diferentes maquinarias agrícolas nacionales e importadas.


Barrale, junto a varios de sus folletos históricos

Este “hobby”, que lleva a cabo desde muy pequeño, le permitió crear un pequeño museo en su casa actual de San Francisco, Córdoba, con más de 14 mil folletos increíbles.

“Muchos de ellos son inéditos. La gran mayoría no los tienen ni siquiera las fábricas. Siendo coleccionista me fui dando cuenta que en nuestro país se fabricaron implementos que la mayor parte de la gente desconoce”, relataa Infocampo el historiador.

Claro que, para lograr ese objetivo, comenzó a intercambiar folletos en la escuela desde tercer grado. “No nos intercambiábamos figuritas en ese tiempo. El trueque era entre folletos”, menciona el entrevistado, quien con la ayuda de su tía en el campo, llegó a escribirle a las fábricas con tan sólo 8 años solicitándoles folletería.

“Todas me respondieron las cartas que les envié, y en la respuesta adjuntaban folletos de regalo. Todavía los conservo con mucha melancolía como un hermoso recuerdo que jamás olvidaré”, contó.


Los dos primeros folletos que recibió Barrale en su infancia

EL LEGADO DE LOS AMIGOS
No hay dudas que para Barrale la amistad en un bien preciado e indiscutible. La vida le permitió conocer a seres maravillosos que enriquecieron sus días mientras caminaron sobre este mundo y le dio la posibilidad de extender su colección de folletos cuando partieron de esta tierra.

“Tadeo Buratovich (oriundo de Arequito) y Mariano Blangetti (nacido en Brinkmann) fueron mis grandes amigos. Ellos, al igual que yo, coleccionaron folletos y fotos de maquinarias agrícolas hasta el último instante de sus vidas. Sus partidas fueron muy duras para mí. Sin embargo la familia no dudó en regalarme el material de folletería que ellos había coleccionado con tanto esfuerzo”, cuenta el escritor, mientras se le quiebra la voz por la emoción.

No obstante, fue contundente, haciendo un gran esfuerzo para terminar su frase. “Hoy tengo sus folletos guardados en mis vitrinas. Los conservo con gran valoración. Está demás decir que hubiese preferido que estén ellos presentes y no sus folletos”, dijo sin poder contener el llanto.

Además, conocidos y amigos, periódicamente le regala folletos a Barrale, que guarda con un entrañable valor. “Siempre recibo folletos de personas me obsequian, que eran de algún familiar fallecido o simplemente porque creen que soy la persona ideal para conservarlos. Son gestos que valoro muchísimo y agradezco siempre”, explica.


UN CIRCULO DE COLECCIONISTAS
El Círculo de Coleccionistas de Folletos fue una propuesta impulsada por Barrale, y hoy cuenta con unos 50 miembros de diferentes regiones de la Argentina.

Este grupo fue bautizado con el nombre de Mariano Blangetti, en homenaje al entrañable amigo del fundador. Sus integrantes hacen cadena y obsequian a los miembros nuevos, los ejemplares repetidos, con la finalidad de fomentar armado de nuevas colecciones.

“A lo largo de mi historia la colección de folletos de maquinarias se fue transformando en una pasión y fui descubriendo que no era el único coleccionista que existía. Por ello, tomamos la iniciativa de crear un grupo, donde compartimos vivencias, sentimientos y aportamos folletos repetidos a quienes los necesitan para ampliar su colección”, aseguró el entrevistado, quien sueña convertir su hobby en un emocionante museo.

“Tengo en mente hacer un museo en la parte superior de mi casa. Allí la meta es exponer la historia de la maquinaria agrícola en la Argentina, con folletos inéditos, catálogos antiquísimos, réplica de tractores y máquinas en miniatura y muchas curiosidades que he recolectado durante toda una vida”, manifestó.


ESCRITOR E HISTORIADOR
Quien conoce a Barrale sabe que es un enamorado del campo. Su pasión por las maquinarias agrícolas lo llevó a redactar tres libros que son impulsores de historia, de los cuales dos fueron editados con éxito: Reinas Mecánicas (2007) y Reyes del Surco (2013).

Además, pronto verá la luz la segunda edición de Reinas Mecánicas, aunque aún no logró encontrar un sponsor que le permita afrontar el costo de impresión de los ejemplares.

“Aprendí mucho sobre la rica historia de las fábricas de maquinarias agrícolas de nuestro país y tuve la posibilidad de viajar por el mundo, donde conocí muchas fábricas pioneras y con tecnología de punta”, dijo.

En esos viajes, se trajo centenares de folletos que son imposibles conseguir en la Argentina.

Por su parte, el coleccionista cuenta que tiene más de mil fotos antiguas de maquinarias agrícolas y fabricas nacionales que les fueron aportadas por los mismos familiares de los dueños de las empresas, luego de que muchas de ellas fueron cerrando sus puertas a lo largo del tiempo.


Es preciso recalcar también que alumnos de diferentes escuelas técnicas, especialistas, fabricantes y hasta usuarios, lo visitan en su oficina de San Francisco -donde desde hace tiempo se dedica a la venta de maquinarias- para conseguir información sobre datos técnicos o de funcionamiento de distintos implementos antiguos.

“No me molesta en absoluta que vengan a buscar información. Para mí es un placer que mi colección sirva como documento exacto de muchos equipos que quedaron en el olvido. Un poco lo que hago es mostrar lo rica que fue nuestra historia como industria nacional”, concluyó.