Juan Manuel Baruffaldi se crió en Las Parejas y en Rosario se dedicó de lleno a estudiar la inteligencia artificial. Ahora, tiene su propia empresa de servicios y garantiza que la modalidad es beneficiosa en costos y en el impacto ambiental.


Cuando en los campos de los Baruffaldi en Las Parejas, en el sur santafesino, un joven Juan Manuel y su papá salían de recorrida a constatar el estado de los lotes en su campo mixto, llevaban a mano un recurso muy valioso: una vieja libretita del INTA en la cual se diferenciaban los insectos maléficos de los benéficos.

“Mi viejo me explicaba que no había que aplicar químicos ‘por aplicar’, sino que lo importante era entender el ecosistema. Y ver en qué momento hacer la aplicación para matar los maléficos y no a los benéficos”, recordó.


Esa imagen de Juan Manuel, hoy CEO y cofundador de la empresa Deep Agro, sigue atada al propósito que busca imprimirle a su compañía: que la aplicación de agroquímicos en los campos encuentre su punto máximo de inteligencia, algo de lo que está convencido que tendrá un impacto notorio y muy positivo en los costos de los productores agropecuarios, y en términos generales, en el medio ambiente.


Juan Manuel Baruffaldi

“Que un productor mixto como mi Viejo, acostumbrado a lidiar con muchos frentes de riesgo en simultáneo, tenga una solución como esta es parte de lo que queremos impulsar en el agro y será exponencial la adopción de esta tecnología que vamos a tener en el agro”, aseguró.

¿CÓMO FUNCIONA?
El plan es generar un software “aliado” de los contratistas rurales, que sirva para que apliquen en cada lote los insumos indicados en tiempo real por la inteligencia artificial desarrollada por Deep Agro.

A través de sensores ubicados en cada terminal de las pulverizadoras, el equipo lee la ubicación y la característica de las malezas en base a un largo entrenamiento que se llevó a cabo en base a horas y horas de imágenes y videos.

“Habíamos tomado como punto de partida a esa vieja libretita del INTA. Pero el insecto se mueve y camufla y es más complejo, por eso migramos hacia algo que este quieto en el lote como la maleza, y trabajamos con detención de la maleza en tiempo real no solo en barbecho, sino con presencia de cultivo, con post emergencia. Ese fue el primer comienzo de Deep agro en 2017”, recordó.


Antes de eso había desarrollado dos start-ups y tras cerrarlas, se lanzó de lleno a la inteligencia artificial. “En Las Parejas tengo el campo familiar que es un verdadero laboratorio para probar y experimentar. Estamos comercialmente activos desde 2020, pero entre ese año y 2022 realizamos muchos testeos a campo. Recién el año pasado logramos lanzarnos 100%”, expuso.

En ese camino está también la vinculación con las empresas de maquinaria agrícola. Las mismas, para Baruffaldi, podrían incorporar de fábrica esta tecnología.

“Son aliados fundamentales. La idea es que el contratista con su pulverizador pueda seguir haciendo su trabajo, pero oprimiendo solamente un botón. Antes lo hacía siguiendo de cerca el 100% de las canillas de la máquina y ahora eso lo dominará la inteligencia artificial. Eso le reduce los costos al productor”, contó.



ARGENTINA Y LOS ¿RIESGOS? DE LA IA
“Argentina es pionera a nivel global en materia agropecuaria. Pasó con la siembra directa y ahora esto lo estamos haciendo en el mejor país del mundo para resolver una problemática”, definió.

En ese marco, para Baruffaldi la adopción de la inteligencia artificial será un camino continuo y, sobre todo, seguro.

“Es una tecnología que se basa en entrenar esa inteligencia para resolver un problema puntual. En materia de cultivos, cuanto más y más se use y entrene, más se podrá hacer con eso. Ahora, esto no significa que haya autonomía para hacer cosas por afuera de eso, por eso no hay ningún riesgo en el agro”, aseguró.

“Esto no es algo para tenerle miedo, todo lo contrario. Sí sucede que hay una revolución global que ahí si afecta a distintas industrias y genera empatía con las personas en qué es lo real y qué es lo falso, y eso sí es algo para tener tal vez algún tipo de comité o herramienta para trabajarlo. Pero en el caso del agro no están esos riesgos y usamos una tecnología para resolverlo de la mejor manera y generar valor agregado”, cerró.