Cuando finalizó el secundario se fue a Europa, donde vivió dos años haciendo lo que más le gusta: trabajar en el campo. Luego volvió al país para aplicar lo que aprendió en una cultura diferente.
Paula Lorber (22) dice tener una personalidad fuerte para enfrentar los desafíos. Tal es así que con tan solo 19 años decidió emprender un viaje que le posibilitó ganar experiencia y crecer en lo personal, laboral y económico.
“Cuando terminé la secundaria me fui a Europa y comprendí la cultura del trabajo en vivo. Estuve un año en Alemania y otro en Dinamarca, donde trabajaba con los animales en un tambo, cuidaba las guacheras, sembraba pasturas y hacia laboreo en la tierra”, recuerda la joven amante del campo.
Es nacida en la pequeña localidad bonaerense de Ferré, y a pesar de la oportunidad de viajar y conocer esa importante región productiva europea, nunca se olvidó de sus raíces.
“Me fui con el convencimiento que un día iba a volver. Por suerte tuve empleadores excelentes que me educaron el esfuerzo de la mujer rural y es algo que deseo aplicar acá”, sostiene convencida.
Es así que, a finales de 2021, Lorber volvió a Argentina y demuestra a diario su responsabilidad en el trabajo y el deseo continuo de superarse. “Cuando regresé al país entré a trabajar con mi padre en una empresa de contratistas rurales de maquinarias agrícolas. En esta oportunidad manejando el tractor en la cosecha de soja y luego en la siembra de cultivos de fina”, cuenta enamorada de su empleo.
Sin embargo, lejos de abandonar los fierros, cuenta que durante el último año se dedicó al cuidado caballos de polo a través de lo que se denomina “doma racional” en el sur bonaerense, donde nació su entusiasmo por este deporte.
“Los caballos son mi pasión, con lo cual, cuando me invitaron a sumarme al proyecto, accedí de inmediato”, relató y marcó que el próximo paso es trasladar el centro de doma “racional” a su pueblo natal.
-¿Qué es la doma racional y porqué te interesó tanto?
-Es una doma totalmente opuesta a la que se practicaba antes, donde el animal sufría más de la cuenta. Con la “doma racional”, el caballo no corre riesgos y eso fue lo que me atrapó de la destreza. Yo amo a los caballos y siempre fui crítica de los viejos métodos de doma. Hoy, con esta alternativa, se pone el relieve la importancia del bienestar animal.
-¿Aprendiste a domar los caballos rápidamente?
-Lo intento (se ríe), es una actividad que hago como complemento pero que me mantiene cerca de los caballos. Siempre los cuido. Durante mi corta edad aprendí mucho sobre equinos. La realidad es que siempre defendí el bienestar de los animales; lo practiqué cotidianamente en mi trabajo en Alemania y Dinamarca donde estuve y hoy quiero traer ese conocimiento a mis proyectos en el país.
-Hay pocos ejemplos de doma femenina. ¿Qué le dirías a una chica que tiene el deseo de domar caballos y no se anima por creer que es un deporte de hombres?
-Que no hay barrera que no podamos romper, que si tienen ganas y pasión por lo que les gustaría hacer, que lo hagan, porque no hay nada más lindo que hacer lo que se ama
-¿Pansas llevar el centro de entrenamiento de doma racional de caballos a Ferré?
-Sí, estamos culminando los detalles para poder volver a mi pueblo y continuar con la crianza de caballos. El objetivo es difundir este deporte como una alternativa que es mejor y es saludable para todos. Soñamos con que la doma sea cada vez más racional.
LAS MÁQUINAS Y EL SUEÑO DEL CAMIÓN
Desde muy pequeña convive entre cosechadoras y tractores y conoce a las claras del sacrificio del peón rural, puesto que su padre toda la vida trabajó en el campo.
“Siento orgullo de mi familia. Siempre me enseñaron la cultura del trabajo con humildad. Entiendo que eso fue un valor fundamental que tomé para llegar a donde estoy”, manifestó.
-¿Qué sentís cuando te subis a un tractor para realizar algún trabajo?
-Siento que estoy en mi mundo. Yo entiendo que hay gente que muchas veces critica a las mujeres que hacen esta actividad. Sin embargo, en lo personal siempre recibí respeto y valoración por lo que hago. Incluso en Europa mi empleador me trataba como uno más de su plantel de empleados. Mi objetivo es transmitirle a la sociedad que una mujer está a la altura de cualquier hombre a la hora de trabajar. Cuando uno es eficiente no importa el sexo.
-¿Qué trabajos te animas a realizar arriba de un tractor?
– Sinceramente me animo a todo. Desde laboreo hasta siembra. Mi padre, cuando yo era muy chica, me enseñó a conducir el tractor y hasta de animó a mostrarme el funcionamiento de la cosechadora. Gracias a eso puedo vivir de lo que más me gusta hacer. En mi vida, mi familia siempre fue fundamental para logar mis objetivos.
-¿Cómo nace la posibilidad de comprar un camión como otra salida laboral?
–En Europa me fue muy bien con el trabajo y cuando llegué al país me pude comprar mi primer auto. Sin embargo, me quedé con las ganas de adquirir algo que me diera rédito. Entonces tomé la decisión de vender el auto, y con algo de ahorro, pude comprarme un camión para transportar hacienda. Actualmente lo estoy equipando de la mejor manera para poder cumplir el sueño muy pronto.
INFLUENCER SIN BUSCARLO
Paula dice que nunca imaginó la repercusión que tendría su instagram, donde tiene más de 100.000 seguidores, solo por publicar fotos de lo que hace.
“Mis redes sociales muestran mi vida desde el trabajo. Publico mi amor por los animales, mi fascinación por los caballos y la humildad de una mujer de campo”, comenta a Infocampo.
Además, comparte videos muy llamativos en su cuenta de Tik-Tok, siempre mostrando su bella vida en el campo. “En el campo me siento libre y siempre quiero contagiar mi felicidad a otras personas que buscan una vida similar”, aclaró.
-Siendo muy joven sorprende tu dedicación al campo. ¿Qué significa el sector para vos?
-El campo enlaza muchos sentimientos. El que más me identifica es el de la libertad, creo que el campo nos permite trabajar en libertad, aunque con mucha responsabilidad. Esta actividad permite expresar lo que siento y se relaciona además con un clima de mucha sencillez, que es el principal eslabón de mi vida. Tengo mucha pasión por este ámbito y cuando alguien me habla del campo se me agranda el pecho y lo vivo con mucha emoción.
-¿Tu rol de influencer te ayudó a difundir la importancia del campo en la sociedad?
-Creo que sí. De todos modos, no lo tomo como un trabajo. Siempre se me dificulta publicar fotos porque conseguir señal de teléfono en el campo es difícil. En mis redes sociales cuento lo que soy y cuando puedo. Mi vida real es así, nunca aparento lo que no soy.
-¿El fútbol también forma parte de tu vida en los momentos de ocio?
-Sí. Soy fanática de River y me gusta mucho el fútbol femenino. Tuve la posibilidad de jugar en un club amateur de Alemania y luego, en mi estadía en Dinamarca, lo hice en una liga semi-profesional. Creo que no debemos dejar de realizar lo que nos gusta y intentar cumplir los sueños siempre. Yo hago lo que me gusta y eso me da felicidad.