Las expectativas de que las siembras tempranas volvieran a crecer se van desinflando. Si no llegan las lluvias en las próximas semanas, mucha superficie pasará a tardío o a soja.


A la par del retraso en la llegada de las lluvias, las expectativas sobre una campaña 2023/24 con alta producción de granos comienzan a desinflarse.

Sucede que las proyecciones para la cosecha de trigo ya comenzaron a caer ante la falta de agua, y a eso se suma una pérdida de hectáreas en el girasol y un atraso en la siembra de maíz, cuando se esperaba que los planteos tempranos, que históricamente son los que mejor rinden, volvieran a crecer.

Sobre este último tema, los informes semanales de las Bolsas de Cereales de Buenos Aires y de Comercio de Rosario dejan en claro que las perspectivas para el cereal de verano han entrado en un cono de incertidumbre.

EL MAÍZ TEMPRANO SE ATRASA
“Desde nuestro informe previo, la siembra de maíz grano comercial registró un avance de 6,6 puntos porcentuales, concentrados principalmente sobre el centro de país. A la fecha, ya fue sembrado el 13,9 % del total estimado a nivel nacional, que representa un retraso respecto a las últimas cinco campañas de 7,5 puntos porcentuales”, indica el Panorama Agrícola Semanal (PAS) de la entidad porteña.

Al respecto, agrega que las lluvias registradas los últimos días sobre el sudoeste del área agrícola mejoran la humedad superficial y permitirán avanzar con la incorporación de algunos planteos tempranos.

No obstante, advierte que “la zona núcleo recibió valores escasos a nulos que no revierten la situación y serán necesarias lluvias durante las próximas dos semanas para cumplir con la intención de siembra”.

Como es probable que eso no suceda, la Bolsa de Buenos Aires señala que es posible que mucha superficie inicialmente pensada para siembras tempranas, sea cedida a maíz tardío principalmente, y a soja en algunos casos.

“Para finalizar, la situación tampoco es favorable para el Centro-Norte de Santa Fe, registrando una demora de siembra versus el promedio de los últimos cinco ciclos de 19,8 puntos porcentuales”, completa el PAS.



“EL AGUA NO ALCANZA PARA REACTIVAR LA SIEMBRA”
En tanto, el reporte semanal para la zona núcleo de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa rosarina señala que en esa región del país el progreso de implantación de los últimos días fue lento, y aún restan por incorporar 540.000 hectáreas de las proyectadas de manera temprana.

El problema es que “el agua no alcanza para reactivar la siembra” y de hecho hay algunas zonas donde los productores se arriesgaron a implantar, pese a tener una oferta de humedad muy justa.

“El avance de siembra se hizo a costa de los sectores que presentaban mejores condiciones de humedad, como el extremo sur santafecino y el noreste bonaerense. Sin embargo, en estos sectores las últimas siembras se hicieron con la humedad justa. Desde San Gregorio reportan que pudieron terminar de sembrar pero la semilla debió enterrarse a mayor profundidad para asegurar una buena germinación”, describe la GEA.

En este marco, la fecha límite para cumplir los planteos o pensar en cambiar estrategias agronómicas por maíz tardío o soja sería a mediados de octubre.

Regionalmente, las áreas más demoradas son el centro-sur santafesino, donde las labores se frenaron en un 5% debido a la falta de humedad en los perfiles del suelo. Le sigue el noroeste bonaerense, con un 15%, y el sudeste cordobés, con un 70%.



“Allí el final es incierto. Desde Carlos Pellegrini dicen que en caso de no contar con lluvias, redefinirán los lotes. Pero aún no saben cuánto podría pasar a soja (o en su defecto a maíces tardíos). Otra preocupación es que hay mucha semilla comprada sin evento específico para lepidópteros (orugas), lo que es un gran problema en fechas tardías”, plantea la GEA.

Y finaliza: “En general, se percibe que la zona cordobesa de GEA pasaría mantendría en gran parte el maíz en las rotaciones y lo haría como tardío. Pero en el este la tendencia es la contraria: pasar a soja en función de que los barbechos lo permitan”.