Un nuevo informe de la red nacional de monitoreo de la chicharrita advierte que la presión de la plaga sigue bajando, pero las últimas lluvias podrían hacer nacer maíces "guachos" que son el escenario ideal para que este insecto reflorezca.


La Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis presentó los resultados de su último relevamiento, el tercero desde que comenzó a funcionar, que se llevó a cabo entre los días 18 de agosto y 3 de septiembre de 2024.

Con este fin, se relevó la captura de adultos machos de chicharrita del maíz en una amplia franja del país, que para este caso se dividió en seis regiones. Con esos datos, se informa sobre el porcentaje de infección estacional.

En este tercer informe, se relevaron un total 387 localidades argentinas, distribuidas en las regiones del NOA (77); NEA (65); Litoral (29) localidades), Centro Norte (79 localidades) y Centro Sur, con 137 localidades.

Las conclusiones del trabajo invitan al optimismo, ya que, tal como en el segundo informe, se registró “una disminución de los valores de captura de adultos de D. maidis con trampas cromáticas adhesivas en la mayoría de las localidades relevadas”.



La mayor magnitud se registró en las regiones del NOA y Centro Norte, sobre todo al norte de Córdoba.

EL CLIMA, UN VIENTO EN CONTRA PARA LA CHICHARRITA
El período analizado se caracterizó por la marcada oscilación térmica, con intervalos de altas y bajas temperaturas.

“Esta amplitud térmica podría ser un factor influyente en la sobrevivencia de los adultos de D. maidis”, advirtieron.

En este punto, remarcaron que los cambios bruscos de temperaturas pueden aumentar el estrés térmico y reducir la sobrevivencia de aquellos individuos que logran soportar las condiciones térmicas de este último invierno (intensidad y duración de heladas).

CUADRO
Por otro lado, la población de adultos invernales de D. maidis se encuentran en la fase final de su ciclo de vida, aspecto intrínseco a la longevidad de la especie (90 días aproximadamente), lo que implica que los valores podrían continuar disminuyendo, en la medida que no consigan refugio y maíz para alimentarse y reproducirse (monofágia).

METODOLOGÍA DEL TRABAJO
En cada región y para cada localidad, se detalló el número de adultos de la chicharrita del maíz capturados con trampas cromáticas adhesivas.

Con el fin de hacer más visible la información, se estableció una escala de tonalidad en la gama de azules, que oscila de colores tenues a más intensos, en función de las cantidades de adultos de D. maidis capturados por la trampa.

“Los valores detallados en las mismas no hacen referencia al grado de peligrosidad de esta plaga en las localidades relevadas”, aclararon.

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EL DATO QUE PREOCUPA
Según el informe, las precipitaciones que ocurrieron en algunas regiones en este último período podrían desencadenar la proliferación de maíces voluntarios, que inicialmente actuarían como fuente de alimento.

Esto permitiría -con posterioridad- la multiplicación de las chicharritas que sobrevivieron al invierno.

“Por ello, se recomienda la intensificación del monitoreo, la eliminación y/o control de los maíces voluntarios, elemento fundamental para el desarrollo de la plaga y del complejo de patógenos causantes del achaparramiento del maíz”, aconsejaron.

MAPA 1
Esta iniciativa es impulsada por la Asociación Argentina de Protección Profesional de Cultivos Extensivos (Aappcea); la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (Casafe); Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet); Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA); la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres; el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA); la Asociación Maíz y Sorgo Argentino (Maizar), y el Servicio Nacional de sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).