En dos estableciminentos paraguayos, pasaron de una recría con una ganancia de peso diaria de 500 gramos a 800 gramos. Las claves pasan por la elección genética, el uso estratégico de forrajes y la trazabilidad electrónica
Un grupo de productores cordobeses nucleados en el CREA Ganaderos del Noroeste (región Córdoba Norte) viajó hasta Paraguay, para ver de primera mano un planteo exitoso de recría bovina.
Osvaldo Luna fue el asesor del grupo que viajó a finales del mes pasado y explicó los aspectos más exitosos del planteo. En concreto, visitaron los establecimientos Rancho Quemado y Jerovia, ambos miembros de los grupos CREA Samuú y Mariscal en Paraguay.
En esos campos, Luna explicó que los planteos de recría en los últimos cinco años pasaron de producir 200 a 300 kilos de carne por hectárea al año.
Estos números se explicaron a partir de una serie de variables: protocolos de selección animal, modificación del consumo de pasturas, suplementación y toma de decisiones a partir de la información generada en caravanas electrónicas.
“Actualmente, en nuestro grupo estamos alcanzando un promedio de 200 kilos de carne por hectárea. Creemos que tenemos el potencial para mejorar, elevar nuestros estándares y llegar a los 300”, remarcó el asesor.
UN MODELO PARA ARMAR, DE PARAGUAY A CÓRDOBA
Los números de los establecimientos paraguayos son un escalón intermedio para un objetivo más ambicioso, que es llegar a una producción de 500 kg/ha.
En el caso de Rancho Quemado, logró incrementar su producción mediante una combinación de selección de pasturas, un sistema rotativo de pastoreo y una rigurosa toma de datos.
Una de las primeras conclusiones del viaje es que estos elementos no sólo optimizaron la toma de decisiones, sino que también mejoraron los márgenes económicos del negocio ganadero.
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“Esta vez quisimos profundizar en diferentes aspectos técnicos y aprender más sobre la ganadería paraguaya, centrándonos en tres ejes principales: manejo de pasturas, avances tecnológicos y el negocio ganadero”, señaló Luna.
Con 22 años de trayectoria, el CREA Ganaderos del Noroeste está compuesto por 10 empresas que desarrollan planteos mixtos (con agricultura y ganadería), en la región noroeste de la provincia de Córdoba.
Este grupo abarca los departamentos de Ischilín, Río Seco, Cruz del Eje y San Justo, e incluye también una empresa ubicada en Sol de Julio, al sur de Santiago del Estero.
La actividad agrícola del grupo se centra en los cultivos de maíz, soja y trigo y también siembran garbanzo, con sistemas de riego. En relación a la ganadería, la mayoría de estas empresas lleva a cabo planteos de ciclo completo, que incluyen cría, recría y engorde.
DISPONIBILIDAD FORRAJERA
En la visita, los ganaderos analizaron diferentes pasturas que podrían aumentar el potencial productivo en sus propias explotaciones.
Además del Gatton panic, los ganaderos paraguayos buscaron diversificar sus forrajes y mejorar la genética de sus pasturas, mediante la adopción de otros híbridos como Mombaza, Zuri y Quenia, desarrollados por la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa, el equivalente al INTA en Brasil).
Estas variedades pueden producir hasta 6.000 kilos adicionales de materia seca (MS) por hectárea que el Gatton panic, alcanzando hasta 16.000 kg/ha.
“Este enfoque se complementa con un estricto control de malezas arbustivas, tanto mecánico como químico, que potencia la producción forrajera”, agregó el asesor.
Otra pata de la estrategia de los paraguayos es la implementación de un sistema de pastoreo rotativo, que maximiza la eficiencia del manejo forrajero, a partir de un sistema que se basa en la altura de las pasturas para decidir cuándo deben pastar los animales.
Durante la época de lluvias, que en esa región de Paraguay se extiende de octubre a mayo, los animales ingresan a los lotes cuando las pasturas alcanzan entre 35 y 40 centímetros de altura. Ahí consumen hasta dejar 10 o 15 centímetros antes de ser trasladados a otro lote, para permitir que el área se recupere por espacio de 21 días.
Con esta estrategia, los números cierran por todos lados. El crecimiento del pasto se incrementa en un 30% y además permite que los animales consuman siempre las partes más tiernas y nutritivas de las plantas. A partir de su puesta a punto, el indice de ganancia diaria de peso creció de 500 gramos a 800 gramos. SUPLEMENTACIÓN Y TRAZABILIDAD
La estrategia productiva incluye la suplementación de los rodeos en cualquier momento del año. Uno de los insumos que se emplean con este fin es la burlanda seca, teniendo en cuenta los requerimientos del animal, más allá de la época y del clima.
“Incluso pueden implementar esta práctica en verano, si la oferta del pasto no es buena”, señalaron desde el CREA cordobés. Con este fin, realizan mediciones periódicas que les permiten evaluar cómo fue la respuesta de la suplementación y tomar mejores decisiones para estabilizar las ganancias de peso.
“Nos resultó muy interesante observar estas prácticas porque, en general, en la Argentina se continúa haciendo un manejo más tradicional. Ellos nos mostraron una forma diferente de gestionar las pasturas”, consideró Luna.
Los animales en el establecimiento paraguayo llevan caravanas electrónicas que registran una gran cantidad de datos, como el peso en diferentes momentos. Esto permite a los productores tomar decisiones bien informadas.
Un ejemplo es el pesaje, que se realiza al ingresar al campo, luego a los 10 días y nuevamente a los dos meses. Se trata de un protocolo que sigue pautas precisas para asegurar que siempre se obtengan datos equivalentes.
“La caravana electrónica es una tecnología que ya utilizamos, pero quizás no la estamos aprovechando al máximo. Gracias a los datos que proporcionan, los productores ganaderos están calculando el margen bruto por cada cabeza de ganado. Todas las decisiones se están tomando a nivel individual, lo cual está mejorando significativamente el negocio ganadero”, comentó Luna.
Y agregó: “Esta tecnología nos permite cambiar nuestra perspectiva sobre la ganadería. Antes tratábamos a los animales como un grupo homogéneo, pero ahora podemos verlos como un conjunto de individuos, ajustar variables y ser más competitivos en el negocio”.
EL APORTE DE LA GENÉTICA
Luna se refirió a la genética del ganado paraguayo observada durante la visita y consideró que la ganadería argentina mantiene una ventaja competitiva.
“Hay una diferencia a nuestro favor, ya que en Argentina gran parte del ganado es cruza con razas como Angus, Hereford o Brangus, mientras que en Paraguay predominan las razas cebuinas”, señaló el asesor CREA. Pero no se debe pasar por alto que el ganado cebuino está mejor adaptado a las altas temperaturas, características de Paraguay.
Otra diferencia es que mientras Argentina produce principalmente novillo, en Paraguay utilizan la categoría Macho Entero Joven (MEJ) -que se refiere a terneros no castrados- y que en el mercado argentino tienen escasa presencia.
Con esto, logran mayores rendimientos de carne, a partir de la produccipon de animales de 480 a 500 kilos, con un sistema de engorde mixto que incluye pasto y suplementación”.
Luna hizo un balance de la experiencia, en donde sopesó las potencialidades de ambos países en la producción ganadera.
“En muchos aspectos, Argentina tiene un mayor potencial productivo gracias a una infraestructura vial superior, personal capacitado y mejor acceso a Internet, entre otros recursos. Sin embargo, ellos lograron estar un paso adelante”, sostuvo.
Y concluyó: “Con menos recursos, prestan mayor atención a los detalles y son más agresivos a la hora de plantear un negocio ganadero. Este viaje nos desafió a ir más allá, a romper paradigmas y a proyectar un modelo más competitivo”.