Los diferentes pronósticos meteorológicos que se analizan frecuentemente no logran un acuerdo sobre qué sucederá finalmente con La Niña. La probabilidad más grande es que llegue, pero sea débil.


A mediados de año, había un consenso casi unánime: a esta altura de 2024, el sistema climático ya iba a estar dominado por los efectos de La Niña, el fenómeno causado por el enfriamiento de las aguas del Océano Pacífico Ecuatorial.

Sin embargo, pasaron los meses y lo que ganó cada vez más espacio fue la incertidumbre, al punto de que hoy en día no hay un panorama claro sobre si finalmente se presentará La Niña, y en qué intensidad lo hará.

Así lo refleja un apartado especial del último informe semanal emitido por la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA) de la Nación.

LA NIÑA, ¿VIENE O NO?
“Los pronósticos emitidos en octubre no coinciden acerca de la probabilidad de que La Niña se concrete este verano, pero estiman que su intensidad sería débil”, resume el reporte de la ORA.

En general, por el momento persisten condiciones neutrales en el Pacífico ecuatorial; es decir, ni Niño (calentamiento de las aguas) ni Niña (enfriamiento).

Una muestra de que el panorama está lejos de ser claro: según la perspectiva oficial más reciente del CPC (Climate Prediction Center / NOAA), publicada el 10/10/2024, el inicio de La Niña se pronostica en septiembre-noviembre, con un 60% de probabilidad.



Sin embargo, las previsiones objetivas emitidas el 18/10/2024 –es decir, basadas en el modelo IRI (International Research Institute) y sin ajustes de expertos– indican la continuación de las condiciones neutrales en octubre-diciembre de 2024, con un 53% de probabilidad.

“Como se ve, existe una diferencia notable entre los valores de probabilidad de la perspectiva del CPC de principios de mes y la previsión del IRI de mediados de mes. Sin embargo, ambas indican un retorno a condiciones neutrales en el otoño de 2025”, agrega el estudio.

UNA NIÑA INTENSA, PERO NO TANTO
En cuanto a la intensidad, tampoco hay un acuerdo entre los investigadores.

De los 27 modelos internacionales de pronóstico disponibles, 11 prevén al menos tres periodos trimestrales consecutivos con un enfriamiento mayor que -0.5°C, que es lo que se necesita para que se considere un evento La Niña.
Entre ellos, solo el NASA GMAO prevé un enfriamiento del Pacífico Ecuatorial central por debajo de -1.5°C, que indicaría un evento La Niña moderado.
En cambio, los otros 16 modelos muestran un enfriamiento leve a futuro, que no llegaría a considerarse La Niña.
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De este modo, la conclusión a la que llega la ORA es que “La Niña promete ser débil”, aunque primero hay que ver si finalmente se declarará.