Desde AFAT estimaron que el año cerrará con un incremento en las ventas de pulverizadoras autopropulsadas y un retroceso en el caso de tractores y cosechadoras.
Los fabricantes de maquinaria agrícola pertenecientes a empresas multinacionales estimaron que las operaciones comerciales de este año en los rubros tractores, cosechadoras y pulverizadoras cerrarán en números similares al 2023.
En el balance de un año complejo, el sector remarcó el impacto negativo que representa la falta de acceso al crédito, que más allá de ofertas puntuales en las grandes exposiciones agropecuarias, no termina de tener continuidad.
En el marco de un evento organizado por la Asociación de Fábricas Argentinas de Tractores y otros Equipamientos Agrícolas e Industriales (AFAT), la entidad que nuclea a las empresas con casa matriz en el interior, Infocampo dialogó con directivos de la entidad, que además de describir el panorama local analizaron como es la situación en otros países destacados en el mapa mundial de la agroindustria.
CÓMO CIERRA 2024 PARA LA MAQUINARIA AGRÍCOLA
Leandro Brito Peret, director Ejecutivo de AFAT, estimó que en la comparativa interanual, los patentamientos de maquinaria tendrán un registro heterogéneo. Así, calculó que en pulverizadoras cerrárá entre un 10% y 15% por encima del año pasado, mientras que tractores y cosechadoras tendrían un retroceso de 10% a 15%,
“El 2024 empezó muy abajo, hubo un pico a mitad de año por las líneas de créditos que aparecieron (en referencia a las ofertas puntuales presentadas en Expoagro y Agroactiva) y la necesidad imperiosa de renovar el parque de maquinaria”, señaló.
En relación con aspectos tributarios y financieros, el directivo sostuvo que el sector metalmecánico enfrenta costos estructurales altos en a nivel nacional,entre impuestos, logística y mano de obra, entre otros.
En este punto, recordó que 2017 fue un buen año para el sector, gracias a la disponibilidad de líneas de financiamiento y estabilidad en variables macroeconómicas.
En un año sin sobresaltos, explicó que las ventas anuales se ubican sobre las 1.000 cosechadoras, 900 pulverizadoras autopropulsadas y entre 7.000 y 8.000 tractores. Solo en cosechadoras, el año pasado cerró con 565 unidades patentadas.
CÓMO ES EL ESCENARIO A NIVEL MUNDIAL
Carlos Palmieri, vicepresidente de AFAT, explicó que a nivel global, se percibe una tendencia complicada en el mercado agroindustrial, a partir de una combinación de factores. Entre ellos, se destacaron la inflación post-pandemia y la caída de precios de los commodities.
Otro punto que analizaroN desde la entidad es la tasa de renovación tecnológica en los principales países productores de granos.
A partir de un análisis propio en base a distintas, fuentes, calcularon que en Argentina se vende un tractor cada 19.683 toneladas producidas y una cosechadora cada 129.298 toneladas. Para esta cuenta, se toma la producción total de granos.
En Brasil, este dato marca que se comercializa un tractor cada 4.443 toneladas y una cosechadora cada 41.086 toneladas.
En el resto de los países analizados, el cálculo fue el siguiente:
Tabla
“En nuestro país se utilizan menos tractores, porque la superficie que trabaja un contratista es mayor a la que suele cubrir un productor estadounidense. En términos generales, es un indicador representativo de la tendencia hacia la obsolescencia”, agregó
QUÉ PASA CON LOS CRÉDITOS
Consultados por las perspectivas para el próximo año, desde AFAT anticiparon que se espera un repunte, a partir de un sector que en los últimos años exhibe bajos números de venta.
Y si bien destacaron que la estabilidad politica y económica es necesaria para el despegue, el acceso al crédito será fundamental.
“Dentro de sus posibilidades, los Bancos Nación y Bice están ofreciendo créditos, pero necesitamos que se dimensione al sector y sus necesidades, las líneas financieras tienen que ser estables y extenderse en el tiempo”, destacó Brito Peret.
En un mercado que cada año puede llegar a movilizar hasta U$S 2.000 millones, remarcó que los créditos “se tienen que adecuar a las características propias de la producción agropecuaria, la maquinaria no es un auto que lo comprás en cuotas iguales y consecutivas”.
Y concluyó: “En el campo hay ciclos de producción en donde se puede pagar y en otros no, entonces hay que adaptar el financiamiento a esas condiciones”.