Los informes agrícolas semanales advierten un ritmo “febril” y un adelanto histórico en la implantación de soja. El maíz mejoró tras las lluvias, pero en algunas zonas no alcanzó. Para el trigo, el agua llegó tarde y sigue perdiendo toneladas.
“Aunque sigue la expectativa por mejores lluvias, la situación hídrica actual se ve muy mejorada con respecto a un par de meses atrás”, señaló la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA) en su informe semanal.
El impacto es visible en la soja, que de acuerdo a los reportes agrícolas de las Bolsas de Comercio de Rosario y de Cereales de Buenos Aires viene acelerando la siembra a gran ritmo, pero no ha sido tan beneficioso en trigo y en maíz, donde el agua llegó tarde para los requerimientos de los cultivos en muchos lotes.
“Tal vez las mejoras hayan llegado un poco tarde para la fina, en algunas zonas, pero la gruesa se va desarrollando con bastante normalidad”, afirma la ORA al respecto.
LA SOJA, CON “ACTIVIDAD FEBRIL”
La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), por su parte, reporta en su informe agrícola mensual que, tras la recuperación hídrica, “hay una actividad febril en la siembra de soja”.
Incluso el viento a favor es tan fuerte para la oleaginosa, que la BCR incrementó de 17,7 millones de hectáreas a 17,9 millones su proyección de siembra.
“Con tanta soja para sembrar en este ciclo, la siembra sigue desplegándose con una velocidad vertiginosa. Con buenas condiciones de siembra en la región central tras las tormentas, se espera que al final de esta semana, se logre alcanzar una siembra 3,5 millones de hectáreas, un 20% de las 17,9 millones intencionadas para este ciclo 2024/25”, indica la entidad rosarina.
De este modo, si el clima acompaña como viene sucediendo hasta ahora, podría alcanzarse una cosecha de 53,5 millones de toneladas, por encima de las 50 millones de la última campaña.
En otro reporte, específico para la zona núcleo, la BCR amplía que este avance “frenético” en la siembra de soja obedece a “por un lado, evitar el solapamiento con la cosecha de trigo y, por el otro, mucha superficie por sembrar con soja en este año”.
“Además, se busca aprovechar la humedad disponible para brindar mejores posibilidades a las semillas, que este año están muy lejos de alcanzar un 80% de poder germinativo”, menciona la Bolsa.
En esta línea, el informe insiste en que las primeras germinaciones muestran con claridad los problemas de calidad de las semillas.
En tanto, en su Panorama Agrícola Semanal (PAS), la Bolsa de Cereales de Buenos Aires le pone números a la velocidad con que se está implantando la soja: esa entidad calcula que ya se cubrió el 20,1% de las 18,6 millones de hectáreas que proyecta, lo que implica un adelanto interanual de 2,4 puntos porcentuales y de 23,5 puntos respecto al promedio de las últimas cinco campañas.
“Las óptimas condiciones de humedad superficial han permitido dar fluidez a la siembra de soja de primera sobre ambos núcleos, que continúan liderando el avance. De la misma manera, se ha registrado un notable progreso en las labores sobre el sur de Córdoba, norte de La Pampa, oeste de Buenos Aires y centro-este de Entre Ríos, donde al igual que en los núcleos se están cumpliendo los planes de siembra en su fecha óptima”, describe el PAS.
EL MAÍZ PIERDE HECTÁREAS
En el caso del maíz, la luz no es verde como en la soja, sino amarilla, porque si bien los lotes sembrados “mejoraron notablemente con las últimas lluvias”, el problema es que estas descargas en muchos casos llegaron tarde para sembrar en fecha y, por eso, “el área cae otro escalón”, según la BCR.
Hasta octubre, la caída estimada por la entidad rosarina era del 21% respecto al año pasado, y ahora se proyecta un 24,6% menos de maíz: 7,8 millones de hectáreas, frente a las 10,34 millones del ciclo 2023/24 (contando tanto maíz comercial como para autoconsumo forrajero).
Para la Bolsa de Rosario, otro dato a destacar en esta temporada es que en la franja central del país, sobre todo en Córdoba, se ha sembrado una gran parte del maíz fuera de fecha, o sea después del 20 de octubre, fechas que son de riesgo para el mal de Rio IV y que sitúa el período crítico en la temida primera quincena de enero.
“Ante la falta de lluvias oportunas, se tomó esta resolución para contar con el maíz en las rotaciones y evitar las siembras tardías, sobre todo en las fechas más sensibles a chicharrita: las posteriores al 10 de diciembre. Esto está suavizando el recorte en área sobre todo en Córdoba”, indica el documento.
“Pero ante la tardanza de las lluvias y la problemática de chicharrita, que condiciona las siembras sobre todo en las áreas más afectadas, se ajusta negativamente el área maicera argentina”, agrega.
Hasta ahora, estima el avance de la siembra nacional en un 36% del área. Con rindes promedio y restando la superficie que se destinaría a consumo animal, la producción de maíz podría alcanzar entre 50 y 51 millones de toneladas.
Por su parte, la Bolsa de Buenos Aires estima un avance de siembra similar: 38,6%, con una proyección de siembra de 6,3 millones de hectáreas (contabilizando solo las que tienen destino comercial).
“Solo restan por sembrar lotes de fecha temprana en el sur del área agrícola, mientras el resto de las zonas esperan que comience la ventana de siembra de planteos tardíos que tendrá lugar a partir de la semana próxima. En cuanto a lo implantado, se reportaron los primeros lotes en estadio reproductivo, tanto en el Centro-Norte de Santa Fe como en Entre Ríos”, menciona el PAS.
Los perfiles del centro-este del área agrícola se encuentran en una condición Optima/Adecuada en el 89,2% de los casos analizados, por lo que el comienzo del periodo crítico sería transitado en buenas condiciones.
Por otro lado, el sector centro-oeste y particularmente el oeste bonaerense, comienza a registrar algunos faltantes de humedad que empiezan a desmejorar la condición, aunque todavía el 100% del maíz en esta zona se encuentra en periodo vegetativo, con menor demanda de humedad.
EL TRIGO CAE EN TONELADAS
Por último, los reportes también plantean el panorama para el trigo, que ya se está cosechando en todo el país.
En el caso de la entidad porteña, el PAS indica que ya se cosechó el 17,2% del área apta, con un rinde promedio que asciende a 14,5 quintales por hectárea, con el inicio de la trilla en zonas del centro del área agrícola donde se observan mejores resultados productivos.
Al mismo tiempo, luego de los eventos de lluvias, “se informan mejoras considerables de la condición de cultivo, y por ende de las expectativas de rendimiento, en el sur del área agrícola”.
“En este sector, a pesar de las restricciones hídricas durante el crecimiento inicial y la actual presencia de focos de enfermedades fúngicas, entre el 40 y el 60% del área ya alcanzó la instancia de llenado de grano, manteniendo una condición de cultivo Normal a Excelente en el 80 a 95% del área, según el caso, apuntalando las expectativas de rendimiento y permitiendo mantener la proyección de producción en 18,6 millones de toneladas”, precisa el informe.
Desde Rosario, en tanto, advirtieron que las lluvias llegaron tarde en muchas zonas, sobre todo en el norte del país, y por eso el volumen de cosecha cae en 700.000 toneladas: hasta octubre la BCR estimaba 19,5 millones y ahora proyecta 18,8 millones.
“Las lluvias llegaron muy tarde para el norte del país, donde no se descartan más ajustes. Pero en el centro del país fueron claves para detener el deterioro y no se descarta sorpresas positivas en las cosechadoras, aunque se espera una gran variabilidad de resultados. Para buena parte de Buenos Aires y el norte de La Pampa, el hecho de que a pesar de ser un año muy frío, no se hayan producido las tan temidas heladas tardías, y que las lluvias sigan consolidándose en noviembre sostienen expectativas de alto rendimiento”, rescata el relevamiento.
Pero a su vez, lamenta: “Se hizo todo para que el potencial triguero supere los 20 Mt, guarismo que se hubiese alcanzado con un escenario de clima normal, pero la sequía que duró alrededor de 5 meses, abarcando gran parte del ciclo del desarrollo del cultivo, ha sido un factor muy negativo”.