Entrevista al presidente de la Federación de Acopiadores, Fernando Rivara. Formuló un fuerte reclamo porque no se debate una ley que regule el uso de fitosanitarios con bases científicas. “En un pueblo se puede sembrar a 100 metros y en otro a 20, es una cosa de locos”, comparó.
Con la frontalidad que lo caracteriza, Fernando Rivara, presidente de la Federación de Acopiadores y anfitrión principal del último A Todo Trigo que se realizó en el Hotel Sheraton de Mar del Plata, emitió mensajes hacia varios sectores que atañen a la siembra de trigo recientemente iniciada.
De ese modo, durante una charla con Infocampo, fue directo con el Congreso, el Gobierno de Javier Milei y hasta la Justicia. Pero tampoco dejó afuera a los agroexportadores, y tampoco lo hizo con la empresa desarrolladora del trigo HB4 en la Argentina.
Rivara puso sobre relieve la necesidad de que el país cuente, definitivamente, con una legislación nacional que abarque a todas las jurisdicciones agrícolamente productivas y sirva para evitar diferentes consideraciones a la hora de limitar las aplicaciones de agroquímicos y fitosanitarios en general, sobre todo en cuanto al límite territorial con respecto a los poblados urbanos.
“Cuando a la política hay un tema que le interesa, el tema en el Congreso se trata de manera inmediata. Y a mí no me entra en la cabeza que quienes están en el Ejecutivo y en el Legislativo no entiendan todavía la importancia que tiene la ley de Buenas Prácticas Agrícolas”, lamentó el dirigente.
“Sino, se permite que cualquiera tome cualquier determinación por ignorancia. Acá hay un desarrollo de la red de buenas prácticas agrícolas integrada por mas de 90 instituciones que ha llevado a una propuesta. No puede ser que los diputados no traten el proyecto de ley”, expresó.
Rivara indicó que “Argentina es un país agrícola y esto es importantísimo y debe ser tratado de manera inmediata. No puede ser que lo único que se discuta en el Congreso sea la política (NdR: hace comillas con los dedos), si aumento este impuesto, si bajo este, si te doy poderes especiales, etc. Hay otras cosas que hacen a la vida diaria de los argentinos”, justificó su pedido.
POR UNA LEY DE FITOSANITARIOS
“Hay gente a la que han puesto en situaciones casi de quiebra porque a un juez se le ocurrió que deban ser 1.050 metros de distancia”, indicó y ejemplificó: “Hay un partido en la provincia de Buenos Aires donde podés sembrar a 100 metros. Y en otro pueblo del mismo partido, a 20. Es una cosa de locos”.
-Hablaste de unificar criterios con una Ley Nacional
-La ley nacional sirve para dar el marco, que es un punto de referencia para dictaminar. Decir “acá hay una ley”, hecha por gente que sabe y aprobada por el Congreso. Yo como juez tomo esta ley y sobre esta ley doy un dictamen. Ahora, al no existir ninguna ley, yo por las dudas…y así estamos. Los argentinos no podemos “trabajar por las dudas”. Porque atentan contra la producción de riqueza argentina, no puede ser. No es de ahora. Y estos muchachos de la Legislatura miran para otro lado, y esto debe estar en la agenda diaria del Presidente de la República, empujarlas. No puede ser que retuitee la pelea con Lali Espósito. Tenemos cosas muy importantes.
-Una de sus frases de cabecera fue “No hay plata”. En tu discurso en A Todo Trigo la tomaste y la adaptaste, pero hacia el Gobierno: dijiste que “No hay más plata” desde el sector agropecuario.
-La cadena está agotada. Si por ejemplo sembraste maíz en Santa fe y sos productor mediano, la chicharrita te llevó el 60% de la producción. Estás perdiendo fortunas. Invertiste un montón de plata y ya arrancás con una quiebra exorbitante. Pero no solo eso: cuando llegás al puerto el Gobierno te mete la mano en el bolsillo y te saca el 12% y lo peor de todo es que le saca eso a un tipo que está en casi situación de quiebra, a un productor de 100 hectáreas para dársela a unas empresas recontra re mil poderosas que están en Tierra el Fuego. Y que hace 52 años que las estamos subvencionando. Y tienen balances con ganancias extraordinarias. Me pone contento que ganen, pero no que se la saquen a alguien casi fundido.
-También hablaste de la formación de precios y el rol de los agroexportadores…
-La comercialización de granos se rige por los usos y costumbres. Gracias a los cuales, antes, se agarraba el teléfono de manivela y se vendían 1000 toneladas de lo que sea y el precio podía subir 100 y bajar 100, pero las partes se respetaban de palabra, sin nada firmado. Los papeles vienen después.
-¿Eso se perdió?
-Eso se respeta. Pero empezamos a bombardear algunas cosas. Y uno de los usos y costumbres que hubo siempre es que el exportador pagaba siempre con el mismo tipo de cambio que le pagaba el Gobierno. Si el Gobierno le pagaba con el tipo de cambio del Banco Nación (BNA), el exportador se daba vuelta y pagaba con ese. O si en la época de Massa era 50% con dólar BNA y 50% con dólar Contado con Liquidación (CCL), se repetía. Ahora, eso en diciembre dejó de estar. Recibe un 80% con BNA y 20% CCL, pero en forward te lo ofrece en dólar BNA. Y no puede ser. Acá tiene que haber un mismo tipo de cambio porque hace a la honestidad del mercado.
-¿Cómo se da hoy en día la comercialización de trigo HB4?
-La situación no ha cambiado. Una cosa es que te lo apruebe un país como Brasil, y otra que te lo compren los molinos brasileños al trigo transgénico. No se vende un kilo de trigo transgénico afuera de la Argentina. Lo que dijimos cuando salió ese trigo lo volvemos a decir: lo aprueba el Estado porque no tiene por qué no aprobarlo. No hace daño y no afecta el medio ambiente. Y entonces ningún Gobierno tiene un elemento científico para no aprobarlo. Ahora, el molino comprador no quiere un grano transgénico. Es un tema comercial, no es ideológico.
-O sea que, pasado el tiempo, no ves grandes cambios.
-No lo vemos, así hasta que no haya una contaminación en destino y el trigo argentino para todos los argentinos baje u$s 10 o u$s 20. O u$s 50 y pase a ser un trigo apto para consumo animal. Ahí va a ser tarde. Una vez que esté el accidente, afuera no podemos decir “bueno, a partir de ahora ese trigo no se siembra más”. Ya será tarde.
-¿Cuánto tardaría en recuperarse un mercado?
-Lo que pasa es que no conocemos el sistema de trazabilidad de Bioceres, que toda la vida se negó a comentar cuál es su sistema de encriptamiento del trigo transgénico. Entonces no sabés si pueden haber fugas y si, si están las fugas, cuál es el volumen. No lo sabemos, porque no sabemos nada. Todo es un gran misterio.