Por la caída de la producción en la zona del mar Negro y por los mejores precios internacionales del girasol, los productores argentinos aumentarán su siembra en la próxima campaña 2022- 2023.


Por la caída de la producción en la zona del mar Negro y por los mejores precios internacionales del girasol, los productores argentinos aumentarán su siembra en la próxima campaña 2022- 2023.

Según relevó este medio a partir de consultas a la cadena de valor del cultivo, el área podría llegar a 2 millones de hectáreas, el mejor registro de la última década. Los valores actuales para esta oleaginosa son por demás atractivos: mientras que en Rosario se reciben $48.000 por una tonelada de soja, el precio para el girasol en esa plaza es de $64.800.

Al escenario favorable de precios, que de acuerdo con los analistas granarios se mantendrá con fi rmeza en los próximos meses, otro aliciente que impulsará al cultivo será que tributa menos derechos de exportación que el resto. Mientras que la soja paga un 33% y el trigo y el maíz un 12%, el girasol tiene 7% de retenciones. Por el lado de las variables que pueden poner un techo, este grano quedó relegado a zonas de menor productividad, que no permiten expresar todo su potencial de rendimiento.

Fuentes de la industria anticiparon que, con este mayor volumen de producción, el complejo agroexportador estará en condiciones de abastecer parte de la demanda de Europa, de cara a la apertura de ese destino ante la caída de Ucrania como proveedor.

"El conflicto hace que el mercado mundial se reacomode y hay consultas en Argentina desde lugares que antes no preguntaban", reconoció Enrique Moro, presidente de la Asociación de Girasol Argentino (Asagir) a BAE Negocios. De acuerdo con el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, las exportaciones de aceite desde Ucrania caerán unas 800.000 toneladas a raíz del confl icto bélico con Rusia.

En el ciclo actual, que se encuentra a días de finalizar una cosecha de 3,3 millones de toneladas, se sembró 1,6 millón de hectáreas. De cumplirse estos pronósticos, el aumento de la superficie sembrada para el girasol 2022-2023 sería de unas 400.000 hectáreas. "El objetivo de 2 millones de hectáreas no es imposible, pero es un número alto", sostuvo Moro. Con un promedio de rinde de 2.100 kilos por hectáreas, la cosecha podría llegar a 4 millones de toneladas. Las hectáreas que este cultivo pueda sumar en la siembra de la próxima campaña será superficie ganada a la soja, que en los últimos años no tuvo un avance significativo en su área sembrada.

Para encontrar un número similar hay que remitirse a 2008, cuando se sembró 1,98 millón de hectáreas. En 2007 se implantaron 2,61 millones de hectáreas, que permitieron alcanzar un volumen de producción de 4,6 millones de toneladas. Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, en la campaña que está cerrando se registró el séptimo rinde más bajo de las últimas diez, tanto por la falta de agua como por las elevadas temperaturas.