Según el director del Rosgan, Raúl Milano, "los productores prefieren tener animales y no pesos". Hasta fin de año se espera que no haya sobresaltos en los precios de la hacienda de consumo, a partir de una mayor afluencia a los corrales de engorde
La hoja de ruta del negocio ganadero indica que en los próximos meses, no habrá sobresaltos en materia de precios de hacienda, a partir de una mayor disponibilidad de cabezas.
En este contexto, la invernada consolida su perfil como reserva de valor, el feedlotero pudo avanzar algunos casilleros y existen algunas dudas sobre cómo evolucionará el precio del gordo, con un consumo más limitado en las carnicerías a partir de la erosión del salario.
“La gente sigue comprando invernada y la paga alta”, consideró Raúl Milano, director ejecutivo del Mercado Rosario Ganadero (Rosgan). En el marco de la Rural de Palermo, el directivo analizó las perspectivas para los distintos eslabones que componen el negocio ganadero.
Pese a un escenario de retracción en el consumo y precios de novillitos y vaquillonas que por el momento exhiben una tónica bajista, la invernada no pierde terreno. En este punto, existen dos factores que permiten sostener su cotización.
CRECE LA DEMANDA EN LOS FEEDLOTS
Por un lado, la demanda en los feedlots, que de acuerdo al Rosgan superaron el 70% de ocupación en el último mes. La otra razón de peso es la volatilidad de la economía y la fragilidad de la moneda.
“El productor no quiere tener pesos y prefiere tener los animales, la vaca tiene una gran liquidez, casi como el dólar”, puntualizó.
Y agregó: “el bovino siempre tiene precios y el ganadero sabe que constituye una reserva de valor“.
El directivo explicó que a partir del incremento en la cotización del maíz -insumo clave para el feedlot- el sector de confinamiento trabajó a perdida durante meses. “Pudieron recomponer la situación, lo peor ya pasó para el confinamiento porque pudieron aprovechar la zafra y ahora están con un alto nivel de ocupación”, dijo.
QUE PASARÁ CON LOS PRECIOS EN LAS CARNICERÍAS
En este contexto, y con una demanda que no termina de convalidar en los mostradores, las cotizaciones de novillitos y vaquillonas no terminan de despegar.
“El consumo estará tranquilo, habrá que hacer algunas correcciones pero no habrá picos hacia arriba, por el importante nivel de encierre que registran los feedlots“, proyectó.
Una de las últimas subas fuertes en el precio de la carne fue entre marzo y abril, cuando las cotizaciones de la hacienda de consumo aumentaron entre 6% y 7%.
Esos incrementos se trasladaron a los mostradores, con remarcaciones de hasta $100 por kilo.