La amplitud térmica se está sumando como un nuevo factor que complica la campaña triguera 2022/23. En muchas zonas, ya decidieron no cosechar o destinar el cereal a pastoreo.
La mañana de este lunes mostró un nuevo inicio de semana marcado por el registro de heladas en diversas zonas agrícolas del país, lo que genera complicaciones para el cultivo del trigo.
Sucede que, si bien este cereal está en general adaptado a condiciones de frío, este año está sufriendo una fuerte escasez hídrica, lo que aumenta las situaciones de estrés, al punto de que ya hay lotes con pérdidas “irreversibles”, según reporta la Bolsa de Cereales de Buenos Aires en su último Panorama Agrícola Semanal (PAS).
Uno de los grandes problemas climáticos es la amplitud térmica: “El aumento de las temperaturas comienza a acelerar el desarrollo de los trigos. Sin embargo, la alternancia de esas temperaturas con los eventos de heladas compromete la condición del cultivo, sobre todo en los cuadros más desarrollados, los cuales se concentran fundamentalmente en el centro-norte del país”, señala la entidad porteña.
SIN AGUA
De acuerdo con el PAS, “en aquellos sectores donde la situación de sequía es más extrema, por no haber recibido lluvias en prácticamente todo el ciclo, las heladas han provocado daños irreversibles en espigas e incluso pérdidas de área; mientras que en el centro-este y sur del país, solo se observan daños en puntas de hojas”.
“No obstante, en todos los casos, para frenar el deterioro será necesario contar con nuevos eventos de precipitaciones”, añade la Bolsa de Buenos Aires.
En la actualidad, uno de cada tres lotes está con condición hídrica entre regular y seca. Y si a eso se le suman los recientes eventos de heladas, hay un 23,7% de cultivos en estado entre regulares y malos. De allí que se observan “desde quemado de puntas de hojas hasta daños totales de espigas, anulando la posibilidad de cosecha de los lotes más afectados”, insiste el informe.
PARA FORRAJE
La zona más afectada por esta situación es el norte del país donde “a la ininterrumpida falta de lluvias, se suma el aumento de las temperaturas, interrumpido por eventos de heladas, que han llevado al 66 % del área a una condición regular o mala”.
Es decir, que hay dos de cada tres lotes con perspectivas negativas, y de ese total, el 60% ya está en etapas críticas, por lo que “ya se estiman mermas de rendimiento y pérdidas de superficie”, añade el relevamiento.
En Córdoba, la situación es similar: la alternancia entre temperaturas altas y eventos de heladas ha provocado daños irreversibles en algunos cuadros, al punto de que han sido destinados a pastoreo.
El panorama es un poco mejor en Santa Fe y en toda la zona núcleo donde, a pesar de las heladas, las últimas lluvias lograron mantener al cereal relativamente estable, aunque la disponibilidad de agua es insuficiente y se necesitan nuevos eventos que acompañen el desarrollo del cultivo.
Por último, el sur del área agrícola, fundamentalmente el corazón triguero bonaerense, es el que tiene mejores reservas hídricas, y además el 99% del área no transita aún etapas críticas, a la vez que el 95% está entre normal y excelente.