Un trabajo elaborado por la consultora Conocimiento Ganadero estimó que con ese volumen de producción, el ingreso de divisas llegaría a U$S 10.000 millones
En un escenario de mayor demanda a nivel global de carne vacuna, un informe de la consultora Conocimiento Ganadero -elaborado para la Fundación Producir Conservando- calculó que con un incremento de la base forrajera, la producción de carne en Argentina puede crecer 1,8 millones de toneladas en los próximos cinco años y pasar de las 3,2 millones actuales a 5 millones.
Con este volumen de carne, el ingreso de divisas de esta cadena de valor crecería hasta los U$S 10.000 millones y se crearían 200.000 puestos de trabajo.
En el trabajo, Fernando Canosa trazó un camino posible para este crecimiento. Como punto de partida, señalaron que en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba existen unas 11 millones de hectáreas ganaderas, que concentran el 31% del rodeo nacional.
En esta superficie, estimaron que podrían sembrarse 3,7 millones de hectáreas de pasturas, que permitirían generar unas 10,6 millones de toneladas de materia seca. Con este aporte, la carga de vacas en los campos crecería un 15%.
UNA DEMANDA GLOBAL QUE NO PARA DE CRECER
Más allá del conflicto bélico en la zona del Mar Negro y los efectos del Covid-19, el informe dejó en claro que existe una demanda estructural insatisfecha de carne vacuna en el mundo. Para 2023, se espera que China -el principal importador a nivel mundial- demande unas 3,5 millones de toneladas, un 24% más que lo que se preveía por las restricciones del COVID.
Pero no solo crece el gigante asiático y nuevos jugadores entran con fuerza al negocio. En los últimos 20 años, África aumentó su demanda en 400.000 toneladas y se espera que para 2030 lleguen a importar 1,2 millones de toneladas.
Pese a la sequía, los números productivos del rodeo permiten avizorar buenas señales. El informe remarcó que el peso promedio de faena crece mes a mes y llegó a los 232 kilos, mientras aumentó la venta de vacas improductivas y se reemplazan con vaquillonas. De este modo, se mejoró la relación ternero/vaca, con valores superiores al 60%.
EL MAPA FORRAJERO, CON FUERTES CAÍDAS
Los tres años acumulados de sequía dejaron una huella en la disponibilidad forrajera de los campos ganaderos. En mayor o menor medida, los promedios de producción forrajera cayeron en todo el país.
“Las pérdidas de forraje son importantes en todas las zonas evaluadas, siendo menores hacia el oeste, semiárida y de mayor magnitud en las zonas de la provincia de Buenos Aires, sudeste y sudoeste, donde está la mayor proporción de vacas del país“, señaló el informe.
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El mayor impacto fue en la zona centro, que en promedio perdió por año unos 3.800 kilos por hectárea de materia seca. Las alfalfas puras y los campos naturales cayeron cerca del 40%, seguidos por los agropiros y las pasturas consociadas. Por su parte, la región sudeste sufrió una pérdida del 30% respecto al promedio. afectando por igual a los campos naturales y consociadas.
La zona sudoeste vio disminuida su producción en un 23%, con mayor impacto en pasturas consociadas y campo natural y un menor impacto en las pasturas de gramíneas. La zona semiárida sufrió el menor impacto, con una reducción de 17% principalmente en alfalfa y pasto llorón.