Según datos del INDEC, también cayó, aunque en menor magnitud, el comercio de tractores, cosechadoras y otros equipos. En general, la facturación sectorial creció 77,8%, muy por debajo de la inflación.


El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) dio a conocer este lunes su informe trimestral de la industria de maquinaria agrícola, que deja en claro el fuerte impacto que han tenido en esta actividad la sequía y la desaparición del financiamiento para las ventas a los productores y contratistas.

Según el reporte oficial, entre enero y marzo se vendieron máquinas por $ 78.542 millones, lo que implica una variación interanual del 77,8%.


De movida, esto significa un dato negativo, ya que en ese mismo período, la inflación anual relevada por el INDEC fue del 104,3%.



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Al desagregar por tipo de máquina, las pulverizadoras, tanto de arrastre como autopropulsadas, lograron un incremento de la facturación superior a la inflación: 127,2%, al totalizar ventas por $ 8.978 millones.

Por detrás, los tractores sumaron $ 33,623 millones y también se ubicaron por encima del costo de vida, gracias a un aumento interanual del 106,1%.

Sin embargo, medida en unidades, la comercialización de tractores se redujo 4,4%: se vendieron 1.660 vehículos.

Las cosechadoras, en tanto, reportaron ingresos por $ 16.850 millones, un 90,2% por encima del primer trimestre de 2022; pero fueron 199 unidades, un 18,4% menos.



En este marco, el dato preocupante vino por el dato de las sembradoras: se comercializaron 225, un 49% menos que el año pasado.

En otras palabras, entre enero y marzo se vendió la mitad de lo que se había comercializado en el mismo período de 2022.

Y la facturación también muestra el desplome: se ubicó en $ 7.040 millones, marcando incluso un descenso nominal del 7,1%.