Según el Rosgan, además de la alta presencia de vientres, otro saldo negativo que está dejando la sequía es un incremento en el sacrificio de categorías de hacienda liviana. Así el peso de faena fue de 225 kilos en mayo, 10 kilos menos que a fines de 2022.
Los efectos de la seca siguen generando presión en la faena vacuna, que además de registrar un incremento en vacas, con el correr de los meses empezó a trasladarse a novillitos y vaquillonas livianas.
Esta situación, de acuerdo al Mercado Rosario Ganadero (Rosgan) se traduce en un menor peso de las reses que salen de los frigoríficos.
En mayo, de acuerdo a datos oficiales, se faenaron unas 1,28 millones de cabezas, un 10% más en comparación al mes previo.
De esa cifra, 292,000 animales corresponden a vacas, que en lo que va del año acumulan un total de 1,27 millones, unas 230.000 vacas más en relación al mismo período del año pasado.
“Al tiempo que comienza a menguar paulatinamente esta mayor salida de vacas, se observa un crecimiento en novillitos y vaquillonas livianas”, señalaron desde la entidad.
Los datos de faena de mayo, muestran unos 542.000 novillitos y 326.000 vaquillonas, que reflejan subas interanuales del 13% y del 17% respectivamente, con un crecimiento sostenido de este diferencial en los últimos cuatro meses.
MAYOR PRESENCIA DE HACIENDA LIVIANA
En este punto, remarcaron que la cantidad de novillitos y vaquillonas faenadas en mayo -868.353 cabezas- es la más alta de los últimos 20 años, para ese mes.
Por cuestiones de estacionalidad, estas categorías comienzan a aparecer con más fuerza a partir del segundo semestre, sobre todo al inicio de la primavera. En esa parte del año, empiezan a volcar con más fuerza esas categorías al mercado.
“Sin embargo, este año, por las mismas particularidades que impuso el clima, hemos visto a los feedlots comenzar su llenado de manera anticipada, recibiendo mucha de esa hacienda liviana que no podían seguir reteniendo los campos”, explicaron.
Pero a diferencia de otros años, en los corrales de engorde ha ingresado mucha hacienda, en general más liviana que otros años. Esta situación comenzó a reflejarse en los pesos medios de los animales que en la actualidad se vuelcan a la faena.
EN CAÍDA
De acuerdo a los últimos datos oficiales de producción, el promedio de la res en gancho durante mayo fue de 225 kilos, casi siete kilos menos que en el mismo mes de 2022.
Hace un año, el peso de faena comenzó a insinuar un repunte y se ubicaba sobre los 236 kilos, pero con la seca empezó a descender bruscamente.
“Desde entonces a la fecha, el peso medio por res faenada ha menguado en más de 10 kilos, limitando la producción de carne, a pesar de las elevadas tasas de faena que se están registrando”, advirtieron.
Con el invierno a la vuelta de la esquina, pero presente en los termómetros- el Rosgan estimó que es posible que este nivel de encierre se sostenga por los próximos meses. “No obstante, los mismos datos oficiales muestran que el fuerte ritmo de llenado ha comenzado a desacelerarse”, consideraron.
Este escenario plantea una duda central: el elevado nivel de faena de hacienda liviana anticipada, ¿no está de algún modo erosionando la oferta que estacionalmente debería esperarse a partir de agosto-septiembre?.
Para la entidad rosarina, esta situación “probablemente sean los primeros indicios de la escasez relativa de carne que estaremos viendo en el mercado, a mediados del segundo semestre del año”.