"Finalmente, el océano y la atmósfera se están acoplando", señalaron desde la Bolsa de Comercio de Rosario y vuelve a presagiarse un Niño entre moderado y fuerte.
Con la siembra gruesa dando sus primeros pasos con algunos lotes de maíz, los pronósticos climáticos comienzan a dar de nuevo buenas señales: El Niño parece haberse nuvamente fortalecido.
Hace un mes, la Guía Estratégica del Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) alertaba que el fenómeno parecía debilitarse, pero ahora los forzantes tanto océanicos como atmosféricos parecen volver a jugar a favor de una recuperación del régimen de lluvias para la campaña 2023/24.
“Hace un mes se hablaba de debilitamiento y la intensidad había pasado de fuerte a moderada”, reconocieron desde la BCR.
¿UN NUEVO ESCENARIO?
El consultor Alfredo Elorriaga explicó qué cambió en las variables climáticas en el transcurso de los últimos 30 días para que se modifiquen estas expectativas
“El océano y la atmósfera se están acoplando y hay una firme tendencia de las variables que hacen efectivo el transporte de humedad adicional para que llegue desde el Pacífico al territorio argentino”, mencionó.
Respecto a lo que se proyectaba un mes atrás, esto significa que hay un nuevo cambio de tendencia, a a favor de las lluvias en Argentina, tras la feroz sequía del año pasado.
“La intensidad en el fenómeno del Niño que se establecía como moderada hace un mes, se proyecta que será entre moderada y fuerte, como se proyectaba en junio”, sostuvo.
Estos factores permiten renovar las ilusiones: de acuerdo a Elorriaga, en octubre se podrían reactivar las lluvias, en plena siembra maicera e inicio de la soja.
“Es muy importante que el productor sepa que este acoplamiento se va a traducir en que el agua llegaría antes de lo que proyectábamos hace un mes. El forzante (el Niño) se está volviendo más eficiente, y no solo que podría actuar antes, sino que se fortalecen las probabilidades de contar con lluvias por encima de lo normal durante la campaña gruesa argentina”, amplió.