La Bolsa de Cereales de Buenos Aires subrayó el impacto positivo en las principales regiones trigueras: la zona núcleo y el sur bonaerense. También hay buenas noticias en maíz y en girasol.
Las lluvias ocurridas en las últimas dos semanas han cambiado completamente el panorama para la campaña agrícola 2024/25: cuando ya comenzaba a haber temor sobre un nuevo ciclo con fuertes pérdidas, los aportes hídricos lograron traer alivio y esperanza de una buena cosecha fina y una siembra gruesa que arranque de manera sólida.
En esta época del año, el principal foco está puesto sobre el trigo, que ya comenzó a cosecharse en el norte del país, pero que tiene su corazón productivo en la zona núcleo y en el sur bonaerense.
Y allí es donde están las mejores noticias, según se desprende del Panorama Agrícola Semanal (PAS) de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
“Las zonas con mayor potencial de producción (Núcleos y sur agrícola), luego de estas lluvias, continúan sosteniendo las altas expectativas para este año, informando rendimientos esperados que superarían el promedio de los últimos 5 años”, remarcó la entidad porteña.
Y agregó: “A pesar de que ciertos sectores informan eventos de golpe de calor, y algunos focos de enfermedades con controles químicos, el cultivo mantiene altas expectativas y, de mantenerse estos regímenes de lluvias, podrían alcanzar rindes incluso superiores a los actualmente esperados”.
rindes trigo
TRIGO: EN EL RESTO DEL PAÍS, ALGUNOS PROBLEMAS
Sin embargo, debe decirse que no en todas las regiones donde se siembra trigo en Argentina el impacto de las lluvias ha sido favorable.
Sucede que en el oeste de la zona agrícola y en el norte, donde el trigo se siembra más temprano, las precipitaciones en general han llegado tarde y no alcanzan para revertir las pérdidas generadas por la falta de agua en el invierno.
De todos modos, vale insistir en que en esas zonas se trata de un cultivo en general marginal y que en muchos casos se utiliza como cobertura, habida cuenta que es tradicional que en invierno no llueva.
“Prácticamente la totalidad de los lotes del centro-oeste y norte del área agrícola, los más afectados por condiciones restrictivas de humedad, se encuentran desde espigazón en adelante, con reducida capacidad de respuesta a esta mejora en la humedad disponible”, precisó el PAS.
Como un ejemplo específico, la Bolsa de Cereales de Córdoba publicó también este jueves un informe relacionado a la situación del trigo en San Luis, en el que advirtió que “con el cultivo iniciando su período crítico, se observó una marcada desmejora del estado general del mismo”.
EL MAÍZ Y EL GIRASOL, FAVORECIDOS
Con respecto a los cultivos de gruesa que continúan en proceso de implantación, en el caso del maíz el PAS reveló un avance de 4,6 puntos porcentuales, lo que implica que ya se sembraron el 28,9% de las 6,3 millones de hectáreas estimadas para esta campaña.
“Los colaboradores indican que, en algunas áreas del centro y sur de Santa Fe se han observado nacimientos desparejos, aunque los casos de resiembra han sido pocos. Las lluvias recientes han mejorado considerablemente las condiciones de los cultivos y facilitarán las tareas de fertilización”, resumió el informe.
De todos modos, como la proyección de siembra temprana ya se cumplió en un 90%, estas lluvias no tendrían impacto positivo en aumentar el área a implantar con el cereal. En el caso del sur del área agrícola, advierten que se requiere más agua para continuar con las labores.
“En cuanto al girasol, luego de las lluvias se registró un acelerado progreso de las labores (21,9 p.p.) cubriendo a la fecha el 46,1% del total proyectado en 1,95 millones de hectáreas. No obstante, aún prevalece una demora de -5,7 p.p. respecto al promedio del último quinquenio”, completó el PAS.
Respecto a los lotes implantados, la mejora en la oferta hídrica (-19 p.p. de área en condición hídrica Adecuada/Óptima vs informe anterior) trajo como consecuencia un aumento en la condición del cultivo, del cual el 91% del total se encuentra en categoría Normal/Excelente.
Esto se ve reflejado en una considerable recuperación de los lotes implantados en el norte del país, y emergencias homogéneas en los del centro y sur del área agrícola.